[Opinión] Feijóo, el PP y la Triple A

Artículo de Dolores de Redondo publicado en Mundo Obrero el 23/03/2023.

Desde el momento en que fue exportado de tierras gallegas a Madrid, Alberto Núñez Feijóo está siguiendo la vieja máxima política de centrar los focos sobre sí mismo para conseguir que todos hablen de él, aunque sea para mal. Y, por supuesto, lo está consiguiendo, incluso a golpe de sandeces, equivocaciones pueriles o guiños fascistoides que pretenden, entre otras cosas, recuperar el voto que se le ha ido por esa vía (aunque el PP, especialmente el de Ayuso, ocupe ese espacio físico desde hace tiempo).

El pasado 23 de enero, el expresidente de la Xunta escupió en un acto público de su partido: «Ayuso, Almeida y absoluta es la triple A que estamos intentando conseguir en todas las comunidades autónomas». Hacer un chascarrillo con la Triple A el día que se cumplían cuarenta y seis años desde el asesinato del joven estudiante Arturo Ruiz es una provocación vomitiva e inaceptable, máxime cuando la organización parapolicial Alianza Apostólica Anticomunista (AAA) reivindicaría el crimen conjuntamente con la masacre de los abogados laboralistas de Atocha, cometida al día siguiente.

Que nadie albergue la más mínima duda de que Feijóo era plenamente consciente de lo que estaba diciendo. No en vano es discípulo directo de Manuel Fraga, antecesor suyo al frente de la Xunta, así como fundador y expresidente de su partido. Fraga fue uno de los principales responsables de las actividades de los grupos parapoliciales de extrema derecha durante su estancia al frente del Ministerio de la Gobernación. El mejor ejemplo de ello fueron los sucesos violentos de la romería carlista de Montejurra, donde dos personas murieron en el transcurso de la llamada Operación Reconquista orquestada por el entonces ministro. Las acciones violentas fueron protagonizadas por decenas de elementos de extrema derecha pertenecientes a varias nacionalidades, muchos de los cuales usaban la Triple A, Batallón Vasco-Español, Anti Terrorismo ETA u otras siglas para enmascarar sus acciones al servicio del Estado. Documentos publicados recientemente demuestran la implicación de Fraga y el gobierno en los sucesos de Montejurra.

Sin embargo, la Triple A volvería a salpicar a Fraga cuando, en abril de de 1983, la revista Cambio 16 reveló que su jefe de seguridad era el genocida argentino Rodolfo Eduardo Almirón, uno de los responsables militares de la AAA en su país. Los dirigentes de Alianza Popular se defendieron argumentando que las acusaciones contra Almirón eran falsas y respondían a una campaña para perjudicarles en las elecciones municipales que se celebrarían un mes más tarde. Como abogado de Almirón ejerció José María Ruiz Gallardón, quien más tarde sería ministro de Justicia, presidente de la comunidad de Madrid y alcalde de la capital. Cambio 16 respondió a las acusaciones publicando en portada una fotografía del argentino sobre una gran esvástica nazi y las siglas AAA. Pero AP consiguió que las autoridades judiciales secuestrasen ambos números del semanario.

Las actividades de los grupos de extrema derecha y los grupos parapoliciales utilizaron, entre otros métodos de financiación, el narcotráfico que introducían antiguos contrabandistas de tabaco a través de las costas gallegas. Algunos de estos narcos ocuparon cargos importantes en AP y aportaron importantes sumas al partido. Además, sus actividades sirvieron para sufragar operaciones internacionales como la “Contra” nicaragüense y golpes de Estado en América Latina. En 1984, los principales capos se reunieron con el presidente de la Xunta y responsable de AP en Galicia, Gerardo Fernández Albor, pidiendo su amparo ante la amenaza que suponían las investigaciones de un juez llamado Baltasar Garzón. Poca gente sabe que Fernández Albor había sido teniente de la Luftwaffe nazi durante la II Guerra Mundial. De nazis, narcos y criminales de la Triple A iba el juego.

¿Quién no conoce la foto del propio Feijóo con el narco Marcial Dorado en su embarcación? Por eso no hay duda de que su nauseabundo chascarrillo fue malintencionado.

Y digo yo… ¿aquí no haría falta una Revolución?

Y luego, ¿por qué me lo preguntas?