[Prensa] Ferran Lucas: «El Carlismo ha defendido a los humildes y a su tierra».

La Vanguardia (25/05/2016)

Ferran Lucas ZaragozaEste barcelonés catalanoparlante fue traumáticamente herido en la romería carlista de Montejurra de 1976, hace 40 años. Sospecha que fue la propia Guardia Civil de un Estado copado por franquistas renuentes a ceder poder… Me contactan sus compañeros del Partit Carlí de Catalunya (cada autonomía de España tiene su partido carlista: ¡su doctrina impone no centralizarse jamás!), contentos con mi novela del héroe carlista de 1840… Ferran Lucas, persona exquisita, desmiente el simplón tópico del carlista trabucaire y obcecado: “¡El carlismo siempre ha sido un movimiento popular!”, reivindica. Que el taimado Franco instrumentalizó… y Fraga apuñaló.

¿Quién le hundió el cráneo?

Alguien me golpeó por detrás. Con un pedrusco, seguramente. Quizá un carlista sixtino, quizá un guardia civil… Hace 40 años.

En Montejurra, Navarra…

Sí, el 9 de mayo de 1976, y a punto estuve de morir… Cayeron dos compañeros, Ricardo García, de 18 años, y Aniano Jiménez. Yo llevo una placa metálica en el cráneo.

¿Qué hacían allí?

Celebrar nuestra romería anual en homenaje a los carlistas caídos durante la Guerra Civil: llevaba quince años acudiendo.

¿Quién asesinó a sus compañeros?

Llegaron fascistas italianos, franceses, argentinos… con la anuencia de Fraga: flanqueaban a Sixto, para desbaratar el carlismo de Carlos Hugo de Borbón-Parma. Y uno, con gabardina, disparó a bojacarro. ¡Yo lo vi!

¿Carlistas todos? ¿Quién era Sixto? ¿Y Carlos Hugo?

Carlos Hugo era el legítimo pretendiente del carlismo histórico: socialdemócrata, autogestionario y federalista. Sixto, su hermano pequeño: integrista y ultraderechista.

¿Culpa de aquello a Sixto?

Se dejó usar por el búnker franquista, se rodeó de aquellos fachas. El de la gabardina se llamaba José Luis Marín García-Verde.

¿Le detuvieron?

Para amnistiarle meses después. Bueno.., ¿hay amnistía si antes no hubo juicio? ¡Le soltaron! Todos quedaron impunes.

¿Le compensó a usted alguien?

En el 2003 el Estado me ofreció indemnizarme como víctima del terrorismo: ¡rehusé!

¿Y eso por qué?

Debieron enjuiciar a aquellos culpables y debieron indemnizarme ellos, ¡no tú, no el dinero del pueblo español! Vergonzoso.

Admirable, su coherencia.

Yo tenía 36 años y estaba allí por fidelidad a los ideales que tengo desde los 14 años, y jamás los deshonraré.

¿Qué ideales?

Mi padre combatió como republicano, se libró de un fusilamiento cerca de Girona, por pelos… Huyó, se ocultó en Barcelona. Pero llegó Franco y se tragó dos años de mili. Yo tenía tres añitos cuando le vi volver y abrazarse con mi madre… Franco era un tirano, y me apetecía plantarle cara, contestarle…

¿Cómo?

¡Afiliándome al carlismo! Me lo descubrió un colega del taller de chapista, Luis, de mi misma edad, 14 años: gritábamos, Rambla abajo: “¡Separación Iglesia-Estado!” y demás consignas contra el régimen.

¿En serio? ¿Y no les detenían?

No. Franco toleraba el carlismo, al que robó sus símbolos en el decreto de unificación de 1937 entre falangistas y requetés.

¿Requetés?

Son los carlistas en armas. Franco los sacrificó en primera línea durante la guerra: los chicos del Tercio Nuestra Señora de Montserrat, catalanes la mayoría, fueron cayendo como moscas…

¿Se hizo usted carlista por antifranquista, entonces?

Sí, eran las únicas filas desde dónde desairar a Franco. ¿Qué otra oposición había? No supe de socialistas, comunistas… Colegas carlistas, a veces, se pegaban con falangistas…

¿Empleó usted alguna vez la violencia?

¡Jamás! Formábamos uniformados, desfilábamos, velábamos al Cristo de Lepanto en la catedral de Barcelona, íbamos en procesiones a Montserrat… Y tras lo de Montejurra no se nos legalizó para las elecciones de 1977, aquello nos hundió…

¿Qué símbolos distinguen al carlismo?

La cruz de San Andrés, en forma de aspa, y la boina roja.

Y su lema: “Dios, Patria, Rey”.

¡Patria entendida como tu pueblo, tu tierra! Consigna del primer carlismo del siglo XIX, reformulada en los años 70 por Carlos Hugo.

Rival de Juan Carlos I, como pretendiente carlista.

¡Mejor nos hubiese ido con un rey como Carlos Hugo! Hombre cultísimo, abogó por el socialismo autogestionario y federalista, con respeto a la identidad de cada región.

¿El carlismo es socialista y federalista?

Confederalista, hoy: cada región de España es soberana para pactar con las demás desde su soberanía. ¡España es nación de naciones!

¿Son independentistas, entonces?

Independentistas… transitorios: sólo el ratito que tarden en confederarse democráticamente los pueblos de España. El actual proceso independentista catalán nos disgusta ¡porque es finalista, no el puente a la confederación! No es razonable, como tampoco lo es el engendro autonomista.

Los carlistas siempre descolocándose…

¡Tenemos 183 años de existencia! Y siempre en defensa de los humildes contra abusos de centralistas, acaparadores, funcionarios y militaristas. ¡Y no desde el marxismo, sino desde el sentido común! Y los políticos no atienden a las razones de la ciudadanía: las Españas deben confederarse. ¡Y yo jamás he dejado ni dejaré de ser y sentirme carlista!

¿De qué sería capaz por sus ideales?

A mis compañeros les digo que si volviendo alguien a hundirme el cráneo lográsemos que la gente empezase a escucharnos, ¡adelante, adelante, aquí tenéis mi pobre cráneo!

Ferran Lucas