[Prensa] Iruñea también tiene el «auténtico» catalejo de Zumalakarregi
Noticia publicada en www.naiz.eus 04/05/2017
El Museo Zumalakarregi, de Ormaiztegi, se vanagloria de tener en sus vitrinas el «auténtico» catalejo del general carlista, nacido en esta localidad de Gipuzkoa en diciembre de 1788. Pero en Iruñea se conserva otro catalejo suyo que también es auténtico. Fue el que estaba utilizando cuando cayó herido el 15 de junio de 1835 durante el sitio de Bilbo.
José Lázaro Ibáñez, secretario general de EKA en Nafarroa, despliega el catalejo de Zumalakarregi junto al portal de las murallas de Iruñea dedicado al general carlista. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)
«Eliot y Zumalakarregi simpatizaron y como muestra de su aprecio el británico le regaló al vasco un catalejo que había pertenecido a Wellington», explica la página web del museo. Su autenticidad se confirmó cuando la biblioteca recibió la obra titulada ‘Papers relating to Lord Eliot´s mision to Spain in the spring of 1835’, publicada en Londres en 1871, que recoge entre sus documentos el diario del coronel Gurwood, secretario de Eliot en esa misión.
«Este militar británico relata con detalle su periplo por Euskal Herria y cuenta cómo se dio cuenta de que Zumalakarregi no tenía catalejo y le propuso a Lord Eliot el regalarle el suyo propio, que había sido utilizado por Wellington en la batalla de Toulouse. Este dato nos aclara la inscripción que lleva la funda de nuestro catalejo, J. Gurwood, y que hasta ahora había sido un misterio para nosotros, al tiempo que confirma el hecho de que el ‘verdadero’ catalejo de Zumalakarregi es el que se puede ver en las vitrinas de Ormaiztegi», añade la web del museo.
Pero ese no es el único catalejo ‘verdadero’ del Tío Tomás, nombre con el que era conocido entre las tropas carlistas este general experto en la guerra de guerrillas. José Lázaro Ibáñez, secretario general de EKA en Nafarroa, custodia otro catalejo que también perteneció al general carlista. «Este es el que estaba utilizando cuando cayó herido en la Primera Guerra Carlista, poco antes de su muerte», explica mientras despliega el catalejo.
Se trata de una pieza elaborada en latón y madera, con cuatro cuerpos que, una vez extendidos al máximo, alcanza una longitud aproximada de 70-80 centímetros. Se encuentra bien conservado salvo el cristal, que resultó estropeado en uno de sus múltiples traslados a lo largo de estos 182 años.
«Existen dos versiones sobre la custodia de este catalejo. Unos dicen que fue recogido por el grupo de oficiales que estaba con Zumalakarregi cuando cayó herido, y otros dicen que fue guardado por sus familiares y lo cedieron al Partido Carlista», señala José Lázaro.
Para los militantes de este partido –el más antiguo de Europa que sigue activo–, se trata de un objeto de gran valor sentimental, al igual que otros objetos que conservan del general vasco. De hecho, el secretario general de EKA en Nafarroa nos muestra también las cuchillas de afeitar que utilizaba Zumalakarregi y el lapicero metálico con el que tomaba sus notas, guardado en una cajita de unos diez centímetros en la que figura la siguiente inscripción: «Lapicero del general T. de Zumalacarregui».
José Lázaro deja claro que estos y otros muchos objetos que conservan del carlismo no les pertenece solo a ellos. «El Partido Carlista es el que los custodia, pero se trata de un patrimonio del pueblo. Esto es historia y es cultura –remarca–. Nosotros no tenemos estos objetos en propiedad y estamos dispuestos a cederlos, pero queremos que estén en un lugar con mucha más dignidad que el Museo del Carlismo de Estella. A este museo no vamos a llevar ni una pieza más, pero si hay un planteamiento serio para acoger estos objetos de forma digna, los cederemos».
Muchas de las piezas que se encuentran en este museo fueron entregadas por el Partido Carlista, pero sus afiliados están muy descontentos con la imagen que transmite. «Nosotros les entregamos el material con buena voluntad, pero no estamos en absoluto de acuerdo con la parafernalia fascista que le han dado al museo. Y hay que decir que los únicos responsables no son los de UPN, que entonces estaban en el Gobierno, sino también los del PSN y otros partidos que dieron su consentimiento a un museo que no refleja lo que en realidad ha sido el carlismo», afirma José Lázaro.