[Opinión] Tomar de su propia medicina

Naiz

30/07/2019

Jesús María Aragón Samanes

El hecho de no lograr la investidura para ser nombrado para presidir un Gobierno central, con una mayoría suficiente en el Congreso de los Diputados, no es la primera vez que pasa. Lo que ahora le ha sucedido al PSOE en la persona de su Secretario General Pedro Sánchez ya lo propició él mismo a Rajoy. En Europa (en Bélgica, en Alemania, Holanda, Suecia…) también ha pasado y no es la economía precisamente el sector que más ha sufrido esa falta. Sufre más la credibilidad de los políticos y del sistema que hace posible que se den estos casos.

Las negociaciones para formar un Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos no han sido públicas así que no podemos tener seguridad de cómo se han desarrollado; ambos se culpan mutuamente. Pero a tenor de lo que hemos visto y oído en el Congreso, que ha sido de vergüenza ajena, sí podemos colegir que en los Ministerios se maneja mucho dinero recogido de los impuestos que pagamos los ciudadanos y las empresas, y que el PSOE no ha querido dejar que Podemos supiera ni la distribución, ni el reparto de ese dinero; no ha querido que manos ajenas a las suyas gestionasen dicho dinero.

Cuando uno solo no puede, se pide ayuda y luego se agradece compensándola; si es generosamente, mejor; en otra ocasión los papeles pueden estar cambiados. El que más posibilidades tiene, el PSOE en este caso, es el que más muestras de generosidad ha de dar, precisamente porque puede.

No basta con decir que no ha sido posible formar ese Gobierno cuando sabemos que el PSOE ha mentido, ha manipulado y cambiado palabras, y, además, amenaza con el coco de repetir elecciones, como si eso fuese el fin del mundo. Todo esto alimenta la sospecha de que ha sido el PSOE el que ha boicoteado el acuerdo presionado por los poderes fácticos, económicos sobre todo, que no se someten a escrutinio popular.

Una de las razones que ha dado Pedro Sánchez es que en el Gobierno no puede haber dos gobiernos (mirando a Catalunya, aunque no sólo). A la vista de que este argumento no ha solucionado el problema, habrá que seguir hablando y diseñando un calendario que allane esas dificultades, para, por ejemplo, reformar la Constitución, si hiciera falta, y conseguir que las Autonomías fuesen creíbles porque los ciudadanos pueden decidir en los asuntos que les conciernen: todos.

La pretensión de Podemos no era excesiva ya que sólo pedía respeto a la proporcionalidad de los votos conseguidos, a sus votantes, y a todos los que no votaron a los partidos de la derecha que se concentraron en la madrileña plaza de Colón, y que difundieron imágenes falsas de la misma, para magnificarla.

Está visto que aquí uno no habla, no negocia, no trata de llegar a acuerdos con otro, hasta que no tiene más remedio, obligado porque la pérdida puede ser mayor que la ganancia, en lugar de buscar la ganancia de todas las partes implicadas, de los servicios públicos, del bien común de la sociedad.