[Opinión] Fernando Mikelarena Peña y Montejurra 76
Artículo de Juan Manuel Carmona publicado en Diario de Noticias (Navarra) el 13/03/2023.
El pasado sábado 4 de Marzo fue publicado en NOTICIAS DE NAVARRA un artículo titulado «Montejurra, los carlistas postrequetés y la hermandad», que firmaba el escritor Fernando Mikelarena, miembro del llamado Ateneo Basilio Lacort.
En este artículo se afirma que en relación a Montejurra 76 se ha desarrollado «una llamativa campaña de prensa en la que (…) DIARIO DE NAVARRA (…) ha desempeñado un papel primordial». Es decir, Mikelarena trata de identificar la denuncia del papel del Estado en Montejurra 76, denuncia en la cual ha estado complemente ausente su querido Ateneo Basilio Lacort, con el sector ideológico que DIARIO DE NAVARRA representa en la sociedad navarra. Lo cierto es que el día 9 de Enero fueron tres medios de comunicación, y no solamente uno, los que anunciaron como primicia informativa la aparición de nuevos documentos referentes a Montejurra 76. Esos tres medios fueron PÚBLICO, en el ámbito español; el GRUPO NOTICIAS, en el ámbito vasco; y DIARIO DE NAVARRA, en el ámbito navarro. Posteriormente, otros medios como GARA, BERRIA o LA SEXTA también se hicieron eco de la noticia y han mostrado especial interés en todo este asunto. La pluralidad ideológica de los medios de comunicación que han publicado artículos sobre Montejurra 76 a lo largo de estos dos meses es difícil de ocultar… La reivindicación de «Verdad, Justicia y Reparación» para las víctimas de Montejurra 76 no tiene color ideológico, ni izquierdista ni derechista, ni nacionalista vasco ni nacionalista español, ni siquiera carlista. Para compartir esta reivindicación basta únicamente con compartir unos mínimos valores humanistas y democráticos, que por lo visto no todos comparten, pues ahí tenemos la actuación impresentable del PSOE en el Parlamento de Navarra, el 28 de Febrero, votando en contra del texto presentado por EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra para el justo y merecido reconocimiento de estas víctimas del Terrorismo de Estado.
A lo largo de su artículo, Mikelarena trata en diferentes momentos de igualar a lo que despectivamente denomina como «los dos sectores del carlismo postrequeté», equiparando así a las víctimas con quienes fueron parte activa del grupo terrorista agresor. Todos somos lo suficientemente inteligentes para que no haga falta describir las implicaciones morales de semejante actitud.
Pero lo más grave de todo el artículo es cuando Mikelarena acusa al Partido Carlista de coincidir con la actualmente denominada Comunión Tradicionalista Carlista (CTC) en el silenciamiento de «la colaboración activa en aquella bárbara agresión de elementos autóctonos navarros procedentes del carlismo más integrista». Cuando el Partido Carlista denunció, como recoge el propio Mikelarena en su artículo, que los agresores pertenecían a «las cloacas del Estado, a la extrema derecha y al integrismo», es evidente para todo conocedor del Carlismo a lo que se estaba refiriendo el Partido Carlista en su alusión «al integrismo»: a los sectores integristas que progresivamente se desvincularon del Carlismo leal a Don Javier de Borbón-Parma, en unos casos por discrepar con la postura adoptada en 1937 de oposición al franquista Decreto de Unificación, y en otros por discrepar con la posterior evolución ideológica hacia posturas inequívocamente progresistas.
Además, la realidad es que fueron destacados militantes y dirigentes del Partido Carlista quienes animaron al historiador Juan Carlos Senent a escribir un artículo denunciando la nota de prensa de la CTC como un burdo intento de blanquear y camuflar su propio pasado como organización política. Y fueron precisamente esos mismos militantes y dirigentes del Partido Carlista quienes hicieron llegar a la redacción de NOTICIAS DE NAVARRA ese artículo, que sería publicado el 25 de Enero con el título de «Comunión Tradicionalista Carlista y Montejurra 1976».
Y no solamente eso, sino que un colectivo de 83 militantes, exmilitantes y simpatizantes del Partido Carlista firmó un escrito titulado «Montejurra 76, del franquismo a la Memoria Democrática», en el que se denunciaba que: «La autodenominada, por aquellos años, Comunión Tradicionalista, refundada en 1986 como Comunión Tradicionalista Carlista, participó y colaboró activamente con el aparato del Estado en lo que ellos mismos llamaron “Operación Reconquista” (en alusión al acto anual de Montejurra). La vinculación de este colectivo con la extrema derecha ha continuado vigente durante años, participando, desde 1977, en diversas coaliciones electorales de este ámbito ideológico». Este escrito fue publicado en los cuatro diarios del GRUPO NOTICIAS el 23 de Febrero y en el diario GARA el 2 de Marzo. Curiosamente, no se publicó en DIARIO DE NAVARRA, que según Mikelarena «ha desempeñado un papel primordial» en esta «llamativa campaña de prensa»…
Respecto al Informe Montejurra 76, mencionado por Mikelarena y conocido popularmente como el Libro Negro de Montejurra, no solamente fue elaborado y difundido en su día por militantes del Partido Carlista, sino que quienes siguen dándolo a conocer son también militantes del Partido Carlista. Quienes lo escanearon y subieron a Internet son militantes carlistas, y quienes reparten ejemplares del mismo en diversos actos relacionados con la denuncia de otros crímenes de la Transición, como fueron Vitoria 76 o Sanfermines 78, también son militantes carlistas.
El Partido Carlista siempre ha señalado, entonces y ahora, la implicación en la agresión terrorista de Montejurra 76 de un sector excarlista de ideología integrista, y nunca nadie se lo negó, pero también señaló siempre la responsabilidad del Gobierno central e incluso de la Jefatura del Estado, y durante cuatro décadas todos los sectores políticos e intelectuales que integran el Régimen del 78 no solamente miraron para otro lado sino que avalaron el relato de Manuel Fraga de que todo había sido, simple y sencillamente, una «pelea entre hermanos». Sin ir más lejos, en la propia exposición permanente del Museo del Carlismo es ocultada y blanqueada la responsabilidad del Gobierno en este crimen. Quienes en cambio siempre fueron solidarios con la denuncia del Partido Carlista fueron precisamente los sectores populares que mantuvieron una actitud política de oposición al Régimen del 78 y a la mitología fundacional del mismo. Por ejemplo, los activistas de la Iniciativa Popular Sanfermines78: Gogoan! Herri Ekimena, que el 24 de Febrero de 2021, en un artículo publicado por NOTICIAS DE NAVARRA con el título de «El informe sobre los atentados terroristas de la extrema derecha se queda muy corto», afirmaban que: «Tachar el ataque con armas de fuego en Montejurra como una acción de extrema derecha no hace sino ocultar que fue diseñado, organizado y financiado por personajes que ocupaban importantes cargos políticos y policiales, y que se cometió no un atentado de extrema derecha, sino un crimen de Estado ejecutado materialmente por mercenarios a su servicio».
Parece que a Mikelarena le molesta el eco mediático alcanzado por los documentos que demuestran que era el Partido Carlista, y no Manuel Fraga, quien tenía razón. También parece que le molesta que en la Comisión de Relaciones Ciudadanas del Parlamento de Navarra, el Partido Carlista haya recibido una «atención más que respetuosa de los miembros de la misma». En cambio, a los que son verdaderamente republicanos, a los que son activistas en la calle y no solamente “intelectuales de salón”, a las víctimas del Terrorismo de Estado y a sus familiares, y a muchos que simplemente son demócratas, lo que les molesta es que esta documentación haya permanecido oculta durante cuatro décadas, o el papel infame que hizo el PSOE con motivo de la votación relativa a Montejurra 76 en la sesión del Parlamento de Navarra del 28 de Febrero.
Es difícil de entender este artículo de Mikelarena tratando torpemente de desviar la atención de la opinión pública. Lo que correspondía a este momento histórico era un artículo denunciando el voto negativo del PSOE en un asunto de Terrorismo de Estado que implica incluso a la Monarquía actualmente existente, voto que muy posiblemente estuviera condicionado por lo que confesó en su día el general José Antonio Sáenz de Santamaría: que la estructura terrorista que el Estado articuló con motivo de Montejurra 76 es la misma estructura que se utilizó para otros crímenes terroristas durante las décadas de 1970 y 1980, incluidos los realizados con las famosas siglas de los GAL.