[Opinión] El final de una pesadilla
Artículo de Jesús María Aragón publicado en www.naiz.eus 11/05/2018
ETA dice que se acabó, que se va, que ya se ha ido. Un poco tarde, pero bueno…; demasiado tarde en algunos casos para que la reparación a sus víctimas sea efectiva.
Una amenaza menos en nuestro horizonte vital.
ETA, un grupo de personas que se organizaron para conseguir unos objetivos políticos y que eligió la violencia como medio para lograrlos. No lo han conseguido, y a la vista de que no lo iban a conseguir han tomado la decisión de disolver la organización. ¡Bienvenida sea, bazen garaia, ya era hora!
Ante la falta de avalistas con peso específico en la opinión pública entre la que causaron sus víctimas, han recurrido a instancias internacionales como garantía de veracidad de que la decisión de disolución es firme, definitiva, y creíble.
Han reconocido el daño causado, y han pedido perdón por el mismo. Lo más correcto sería que todas las energías que emplearon al servicio de la violencia las pusieran ahora al servicio de la reparación posible de todas las víctimas, directas, indirectas, «colaterales»…, al servicio de la convivencia social; el tiempo ayudará, pero lo hará a su manera, que no es siempre, ni necesariamente, la más efectiva ni la más fructífera.
El dolor y daño causados (muertes, mutilados, heridos, secuestros, extorsiones, cárcel, torturas, estados de excepción, represión, odios, menosprecios…) no han sido fruto de alguna fatalidad sino de una decisión conscientemente tomada, por encima de las previsibles consecuencias negativas de la misma.
Ni todo el monte es orégano, ni todos tenemos el mismo grado de responsabilidad en ese daño producido por unos y padecido por la sociedad civil en su vida y afanes ordinarios, aunque esto no nos exime a nadie de la renovación diaria del propósito de dirigir nuestros esfuerzos hacia la eliminación paulatina de las injusticias que nos rodean y hacia la consecución de las condiciones sociales que faciliten una convivencia social libre, querida, justa y pacífica.
Nadie tiene ningún derecho a disponer de lo que no es suyo, la vida humana.
Efectivamente, ni ETA ni nadie, sin excepcion, tiene derecho a matar o torturar, tampoco los Franco, los Creix, los Meliton Manzanas, los GAL, los BVE, la triple A……
Y los que defendemos los DDHH debemos condenarlos a todos por igual. El terrorismo hay que condenarlo siempre pero siempre debemos ser conscientes de que siempre deben estar abiertas las vías políticas y verdaderamente democráticas para que Todas las ideas respetuosas de la Ddhhccpp puedan defenderse democraticamente, pues si no la historia nos demuestra que ante las Tiranias no queda otra que la lucha con los medios al alcance para defender la vida y la dignidad. La lucha de los David contra los Goliat y el fariseismo.
Apreciado Sr. Carlista
Me parece muy feo mencionar o mirar solamente para un lado.
El Sr. Aragón ha elaborado un buen artículo a mi entender en especial su alegato final, al cual yo añadiría qué solamente Dios puede disponer de la vida de los demás puesto que es quién nos la concede.
Los caballeros y organizaciones que usted menciona debería haberlos complementado con otras organizaciones y regímenes que se enarbolaban como paraíso de los trabajadores y de las libertades de sobras conocidos y que siguen operando por desgracia en algunos lugares, pero puestos a concretar, aquí en la Ciutat Comtal no muy lejos del puesto de trabajo de los citados, existieron unos locales denominados checas donde el pueblo o eso decían ser ellos también te recibían con los brazos abiertos, checas creo que era su nombre.
La memoria es para todos y no solamente para unos, si queremos de verdad reconstruir una sociedad más justa era imprescindible la desaparición de ETA como en su día lo hicieron otros grupos de izquierdas, y como tal debemos alegrarnos de ello que es a mi entender el fondo del articulo del Sr. Aragón