[Montejurra 2017] Discursos

Discursos de Jesús María Aragón, Secretario General Federal del Partido Carlista y Javier Vecilla representante del Partido Carlista de Aragón

Discurso de J.M. Aragón, Secretario General Federal del Partido Carlista

Buenos días compañeros/as, eguerdi on, bon día, bos días, bonos díes:

El año pasado, el día de Montejurra estuvo centrado en el recuerdo del 40 aniversario de los asesinatos de Ricardo y de Aniano como resultado del ataque del Fascismo al Pueblo, a la gente común, a los carlistas que aquí estaban para celebrar una fiesta, preludio de una vida social, política, y económica, basada en la libertad, en el respeto al vecino, y en la participación en la forma de organización de la misma, y que habían venido con sus manos para ayudar en lo que hiciera falta, con su boca para dialogar respetuosamente, con su cerebro para pensar, y…con algún que otro palo como apoyo a sus piernas en la subida al monte…y a los que hubo que buscarles alguna otra utilidad para defenderse del ataque asesino. Otros, no carlistas, vinieron con armas de matar, las utilizaron, y mataron: los terroristas.

Este año también tenemos aniversarios para celebrar: por ejemplo, el 60 aniversario de la presentación en Montejurra del Príncipe Don Carlos Hugo, compañero y líder en el Partido. También conmemoramos el 40 aniversario de la muerte del compañero Rey Don Javier, que vino con nosotros a Javier, aunque muerto el día anterior pero vivo en nuestros corazones, porque el Gobierno español del momento nos impidió celebrar la fiesta en su espacio natural, aquí, en Montejurra, y nos fuimos a Javier a celebrar la fiesta imparable bajo la atosigante amenaza de las metralletas de la Guardia Civil, y alguna que otra ametralladora, como el año anterior en la cumbre del Montejurra. Don Javier, un hombre que se opuso al Decreto de Unificación de Franco, aquel abril de 1937 (hace 80 años), y a su pesadilla de Régimen totalitario de Partido único, al estilo del Fascismo de Mussolini en Italia, y que por eso Franco lo expulsó de España. Don Javier, un Regente de las Españas, entonces, que en el invierno de 1937 juró los Fueros en Gernika (hace 80 años), dijera lo que dijese el militar Franco.

Don Javier, una persona que fue detenida por la Gestapo, la policía nazi por apoyar, activamente, a la Resistencia francesa contra el nazismo, en Francia. Don Javier, un carlista del que Franco, cuando los nazis le preguntaron a ver si tenía algún interés especial en que Don Javier saliese vivo del campo de concentración de Dachau, les contestó que no, que era un francés y que hiciesen con él lo que quisieran. Salió vivo de Dachau gracias a la ayuda de sus compañeros de cautiverio.

Son verdades históricas documentadas que hacen inútiles y mentirosos todos los intentos de hacer aparecer juntos el Fascismo y el Carlismo, pero aún hay gente que ni sabe ni quiere saber, y que prefiere la Historia escrita por el dictador Franco, la Historia de España escrita por el Fascismo. Nosotros, los carlistas, no. Es lo que nos ha ocurrido este primer trimestre del año, aquí en Navarra, en un cruce de escritos en algunos Medios de Comunicación, y en Internet, a cuenta del Museo del Carlismo en Estella/Lizarra.

Estas parcialidades históricas, unidas a otras nos ayudan a acercarnos a la verdad histórica, siquiera sea aproximada, del personaje, Don Javier, y de la organización de la que era líder indiscutido, el Carlismo, superadora de los prejuicios, de las filias y fobias, de las obsesiones particulares, y de la pereza intelectual.

En un Partido político con 184 años de vida y de cultura política, es normal que todos los años haya aniversarios de hechos significativos en su historia interna.

Supongo que otras organizaciones también tendrán sus aniversarios que conmemorar, unos serán felices, y otros no tanto.

También se cumple un año en que aquí mismo pedimos la desclasificación de los informes oficiales que hubiese en las instituciones oficiales sobre el ataque, asesinatos y heridos en el Montejurra´76, que el Parlamento navarro hizo suya, y que a finales de marzo pasado, en el Parlamento español, la diputada de EH Bildu, Marian Beitialarrangoitia expresó verbalmente, y la respuesta que le dieron es que los papeles “clasificados” son secretos y que la desclasificación es competencia del Consejo de ministros. Una respuesta que yo no entiendo porque no se responde a lo que se pregunta. Como si les dices: ¿a dónde vas?, y te contestan, “manzanas traigo”. ¡Pregunta más clara y fácil de responder…!. ¡Ni que la respuesta dependiese de un Gobierno extranjero y hubiese que nombrar una comisión rogatoria!.

Otro de los asuntos que nos afectan, quieras que no, está relacionado con uno que, a veces, da la impresión de que había algún interés, oculto, en que se prolongase: me refiero a ETA, que decidió dejar de robar, de extorsionar, de secuestrar, y de matar, hace 5 años y medio, a su manera, y a su manera también ha entregado material de guerra el


Discurso de Javier Vecilla, representante del Partido Carlista de Aragón

Buenos días, compañeros y compañeras amigos carlistas, un año más estamos hoy en el Montejurra, en este monte santo donde tenemos una cita todos los años con nuestra historia, con nuestro pasado, y con el recuerdo siempre presente y emocionado hacia quienes perdieron aquí su vida a lo largo de la historia, la última vez hace 41 años.

Estamos ante una fiesta tradicional, en la que tantos hombres y mujeres en definitiva el pueblo carlista nos han acompañado con su presencia, y aquí han estado siempre leales y fieles, al carlismo y al Partido Carlista. Gracias, a quiénes ayer, hoy y siempre habéis estado, estáis y estaréis. Porque vuestro compromiso es la garantía de que las ideas carlistas aún permanecen.

A todos los carlistas de corazón que todavía seguís conservado los valores del viejo carlismo, gracias. Hoy vivimos tiempos recios, en los que los valores de la nobleza, lealtad, honestidad y decencia no están precisamente de moda. Parecería casi una irresponsabilidad no implicarse ahora ante todo lo que está pasando. Porque la política es el espacio público desde el que se transforma la sociedad, desde el que se crea aquel mundo ideal que deseamos, y que queremos que sea posible. Estamos en un tiempo en el que es más necesario que nunca una regeneración, que abra nuevos caminos y horizontes hacia una profundización de la democracia. Y es en ese marco donde creo que son necesarios poner en valor los ideales del viejo carlismo, actualizados a nuestros días.

El carlismo jugó un papel histórico en los años de la transición que a día de hoy todavía no ha sido reconocido. Fue el carlismo el primero que hablo de la cuestión territorial, del modelo de Estado, para buscar la concordia y convivencia, para buscar el encaje de Euskadi y Cataluña en el Estado Español.

Hoy muchos hablan de plurinacionalidad, del respeto a las realidades nacionales, y olvidan que fue el Partido Carlista quién desde el principio hablo del valor soberanista de lo foral. Por eso no me resigno a pensar que el lugar en donde tiene que estar el carlismo sea simplemente un Museo. Parece que quizá estemos escribiendo las últimas páginas de nuestra historia, pero no la última. El carlismo, sus valores deben ser transmitidos, deben renacer en nuevos movimientos. Y es aquí donde me surgen las dudas, ¿!que es lo que queremos que sea el carlismo!?, ¿un movimiento cultural, un movimiento de reivindicación dinástica?, es evidente que la realidad se impone a los deseos, y hoy el Partido Carlista  es un proyecto político, que no tiene actividad política.

Hubo un tiempo ya lejano en el que incluso tuvo representación parlamentaria, fue en el entonces denominado Parlamento foral de Navarra en 1979, cuando Mariano Zufia obtuvo acta de diputado por la circunscripción de Estella. Por eso quizá nos tendremos que preguntar quiénes somos donde estamos, y que queremos hacer. Os ánimo a seguir adelante, con un pensamiento crítico, con ideas propias, tratando de tener la capacidad de influir en nuestro entorno más cercano. Creo que todavía estamos a tiempo de unirnos, de sumar fuerza junto a otras fuerzas de cambio, manteniendo siempre nuestros principios, para transformar la sociedad en la que vivimos. Porque somos pocos, pero no somos poca cosa.


Discurso de José Lázaro Ibáñez, Secretario General del Partido Carlista de Navarra

– Euskal Herria Actos de Montejurra 2017

Un año más contra viento y marea nos encontramos ante la sombra de esta Montaña de la Libertad, de muchas luchas, de exigencia de justicia para TODOS.

80 años después del Decreto de Unificación y de la primera expulsión de Don Javier.

60 años después de la primera vez que vino Don Carlos Hugo a este Monte.

40 años después de que no nos dejaron celebrar nuestros actos en Montejurra.

40 años después de la muerte en el destierro de nuestro querido y viejo Rey Don Javier.

40 años después de la firma por el Gobierno de Adolfo Suárez de los Derechos Humanos en la ONU.

40 años después de la legalización de los partidos políticos pero no del nuestro.

40 años después de la toma de la Diputación de Navarra por la militancia carlista.

40 años después de las elecciones a Cortes Constituyentes.

Pues si, compañeros, contra todo pronostico continuamos en la lucha por las Libertades para TODOS, a pesar de que nos ametrallen y nos silencien lo mismo desde la derecha que desde la izquierda.

Es una realidad que esta sociedad está muy enferma. Hay una descomposición política, sindical, social y hasta familiar que nos debería hacer pensar. Estamos caminando hacia la destrucción del Planeta pero preferimos seguir mirando hacia otro lado.

Es fundamental un giro de 180 grados. Esta sociedad no nos sirve ni nos representa. Tenemos que avanzar en otra dirección más humana y solidaria.

No podemos permitir seguir teniendo una clase política de tercera o cuarta categoría, ni que sea una fábrica de chorizos en serie.

Un sistema electoral con las cartas marcadas desde hace 40 años, que no admite las listas abiertas porque determinados poderes tienen miedo a la libertad.

Un PODEMOS que parecía aire fresco, pero al que le sobra prepotencia y soberbia mientras le falta humildad. Así no se va a ninguna parte.

Unos nacionalismos a los que la solidaridad de los Pueblos y de las Personas se les olvida. Las fronteras y los muros no son el camino, sino la solidaridad y los fueros.

El Federalismo es la mejor solución para la convivencia entre los diferentes Pueblos de Las Españas. Señores Carles Puigdemont, Arnaldo Otegi e Iñigo Urkullu, esa es la dirección que debemos tomar.

También, compañeros, voy a censurar a los gobernantes de nuestra tierra, porque también ellos tienen miedo a la libertad.

Dos ejemplos muy claros que hemos vivido muy de cerca nos demuestran la escasa calidad democrática que tienen tanto en el Ayuntamiento de Estella como en el Gobierno de Navarra.

En el primer caso nos permitieron la exposición de Montejurra 76 en la Casa de Cultura. Y cual es nuestra sorpresa e indignación que días después de la inauguración de la exposición, el muy democrático Ayuntamiento ordenó retirar unos carteles que planteaban lo siguientes:

¿Quién los armó? ¿Por qué? ¿Para qué?

¿Por qué no se legalizo al Partido Carlista? ¿PSOE, PCE y PNV a cambio de qué?

Indignante, compañeros.

El segundo caso es la continuación de todo esto pero en el Parlamento de Navarra, ya que la misma exposición no ha sido permitida después de que se dieran todos los pasos necesarios.

Ese mismo Parlamento que exigió la desclasificación de los documentos sobre Montejurra y luego, para nuestra sorpresa, no nos deja instalar la exposición. Esto tiene un nombre: hipocresía. No os merecéis los votos que tenéis.

Antes de acabar quiero hacer una llamada a la reflexión desde mi humilde puesto y con la experiencia de haber luchado contra el fascismo desde la escuela.

Mientras la derecha se encuentra muy cómoda y controla todos los resortes del Poder, si le hiciera falta ahí tiene también a la ultraderecha que avanza por toda Europa sin ningún freno.

Unos se mantienen y otros avanzan por la incapacidad de los partidos de izquierda para construir una alternativa plural y eficaz que aglutine a todas las fuerzas progresistas. Y así nos va…