[Historia] Acciones armadas del carlismo contra la dictadura franquista: los Grupos de Acción Carlista (GAC)

Trabajo de Josep Miralles Climent publicado en la web del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló en 2014.

RESUMEN

En el contexto de lo que Julio Aróstegui denominó tortuosa relación del carlismo con el régimen franquista, y en concreto de la evolución ideológica que la Comunión Tradicionalista experimentó durante las décadas de los años 50 y 60 del siglo XX, se produjo un fenómeno que no por poco conocido era ajeno a la tradición guerrillera e insurreccional del carlismo. Se trata de un proceso de lucha armada inspirado no sólo en la tradición carlista, sino en las luchas anticoloniales y guerrilleras de aquéllos años. Esta opción armada, aunque surgida en el seno del carlismo, no estaba asumida por todo el conjunto del Partido Carlista -cuyo compromiso contra el franquismo ya era pacífico-, sino por un sector de la juventud más impaciente que pretendía quemar etapas con esta práctica de guerrilla urbana. Los protagonistas de este movimiento armado fueron sólo una parte de los llamados Grupos de Acción Carlista (GAC) que, aunque tuvieron una vida de casi una década entre 1965 y 1975, dentro del Partido Carlista, sus acciones armadas fueron más cortas (1970-1973) y protagonizadas solamente por militantes de Euskalherria, Cataluña, Castilla-León y Aragón, zonas en las que tuvieron su radio de acción armada. Se dedicaron fundamentalmente a realizar voladuras, atracos a bancos y empresas, interferencias de emisiones de radio o TV con propaganda contra el régimen, atentados contra intereses norteamericanos y proyectos de secuestros de personalidades franquistas y de asaltos a presidios. Tuvieron relación con el MIL y colaboraron con la ETA de aquellos años, aunque a diferencia de éstos, no cometieron ningún asesinato ni provocaron ninguna muerte. Sin embargo muchos de esos militantes carlistas fueron detenidos y torturados o tuvieron que exiliarse, siendo sometidos a consejos de guerra y a juicios ante el TOP, sufriendo condenas en cárceles españolas y francesas. A pesar de la opción democrática y pacífica del Partido Carlista por un socialismo autogestionario, éste y sus abogados les prestaron las ayudas morales, económicas y legales que necesitaron por medio de una comisión de este partido político encargada de sus perseguidos y represaliados.

Palabras clave: dictadura franquista, Comunión Tradicionalista, Partido Carlista, evolución ideológica del carlismo, GAC, ETA, MIL, lucha armada, consejos de guerra, TOP, opción democrática, socialismo autogestionario.

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La carlismo organizado bajo el nombre de Comunión Tradicionalista que seguía a Don Javier de Borbón Parma1, desde mediados del siglo XX experimentó una evolución ideológica y organizativa que culminó con la formación de un partido de izquierdas llamado Partido Carlista que participó muy activamente en todas las plataformas unitarias de la oposición a la dictadura franquista.

En este difícil contexto de evolución del carlismo hacia el socialismo autogestionario, se produjeron diferentes niveles de adaptación: hubo quienes reaccionaron en contra y hubo otros que empujaban con mayor fuerza en el avance hacia posicionamientos de izquierda. Estos últimos fueron los más activos y comprometidos en las luchas del momento por lo que acabaron imponiéndose. Así, entre los sectores más jóvenes y dinámicos del carlismo se formaron grupos como las Fuerzas Activas Revolucionarias Carlistas (FARC) con un componente más ideológico próximo al marxismo, y otros más activistas como los Grupos de Acción Carlista (GAC) que con el tiempo decidieron iniciar una lucha armada contra la dictadura del general Franco.

Los orígenes de los GAC son confusos. Algunas informaciones los sitúan en 1965 y añaden que comenzaron la lucha armada en 19702. Sus orígenes coinciden con el paulatino desmantelamiento del Requeté como organización militar de la Comunión Tradicionalista.

Como grupos armados organizados, tuvieron una influencia bastante significativa sólo en Euskalherria y territorios limítrofes. Precisamente en Euskalherria los GAC, para el año 1970, publicaron un calendario de bolsillo que decía: «Por una república vasca en una Iberia federal» con las aspas, un escudo con el árbol de Guernica y las siglas GAC3.

Fue durante tres años –de finales de 1970 a finales de 1973- cuando practicaron la lucha armada a imitación de los movimientos guerrilleros urbanos propios de esa época, pero también evocando a los míticos cabecillas de las carlistadas del siglo XIX. Junto a los sectores pacifistas del carlismo y a otros militaristas al estilo del Requeté, había una parte de la juventud carlista en los años 60 que se sentía atraída por figuras guerrilleras como el sacerdote Camilo Torres en Colombia, el propio «Che» Guevara4, o la revolución cubana. En algunos casos puede que incluso se dieran actitudes esquizoides en el pensamiento de algunos militantes, que si por una parte propagaban el pacifismo, por otra justificaban las acciones armadas de sus propios compañeros de Partido como las que en 1970 comenzaron a practicar los GAC, dispuestos a quemar etapas y, según todos los indicios, actuando al margen del Partido Carlista, aunque participando también en él de forma pacífica y siempre entre los sectores de más a la izquierda.

Un llamamiento panfletario de los GAC en un boletín carlista parecía querer aclarar su filosofía cuando decía: «busquemos en la discusión, la huelga, la subversión, el terrorismo, la lucha callada, los primeros ataques. Para tirarnos al monte siempre estaremos a tiempo5

El historiador Caspistegui habla de dos realidades distintas de los GAC; una pacífica, con fines propagandísticos nacida a mediados de los años 50, bajo el patrocinio directo de Carlos Hugo, y otra que atribuye a San Cristóbal, cuando éste ocupó el puesto de Delegado de Requetés en 1965, quien patrocinó los GAC como teórico grupo, secreto y clandestino, para llevar a cabo acciones armadas como consecuencia de ciertos acontecimientos represivos por parte del régimen6. El recopilador integrista Manuel de Santa Cruz dice que fueron una creación de Carlos Hugo que, para entenderse con los socialistas, «la palabra «Requeté» le molestaba por su automática evocación de la Cruzada», por lo que «suprimió esa denominación y puso a su invento el nombre de GAC7».

Sea como fuere, el caso es que los GAC, tanto por su propaganda, como por sus actuaciones, contribuyeron a impulsar un giro izquierdista del carlismo, si es que no nacieron ya con ese marchamo, porque, a decir de Santa Cruz, en su primer documento escrito aplaudían la «recién aprobada declaración conciliar de libertad religiosa y vituperaban a los derrotados integristas», y añade que aún antes de eso, «se empezó a oír en Zaragoza una emisora de radio clandestina llamada «Aragón Libre”» que emitía textos carlistas y era creación de unos GAC8.

El historiador Josep Carles Clemente transcribe una declaración de los GAC de 1965 en la que se denuncian entre otras cosas, la falta de libertad de prensa, la represión contra el carlismo, la centralización del Estado, la falta de autonomía sindical, etc., concluyendo dicho documento en que «si la Monarquía no ha de ser auténticamente Social, Representativa y Foral, no nos interesa. No consentiremos que vuelva a ser guardia de un sistema capitalista…»9

En un documento que hemos podido ver de los GAC, anterior también a la lucha armada, éstos mantienen la línea del carlismo del momento. El escrito, fue lanzado durante las fiestas de Sangüesa, en septiembre de 1968, cuando la hija del ministro Fraga Iribarne era la Reina de los Juegos Florales de esa ciudad navarra:

No podemos consentir la presencia de los representantes del gobierno centralista, mantenedor del régimen de injusticia y opresión a que se ve sometido el pueblo vasco.

Tenemos que recordar que el gobierno actual es el heredero de aquél que nos privó de nuestras libertades forales.

Es el mismo que se niega a reconocer la nacionalidad de nuestros príncipes, que prostituye nuestras divisas, que nos hace aparecer como enemigos de la libertad del pueblo vasco, y que nos quiere mostrar como colaboradores suyos en una gestión política que repudiamos.

Pese a los oscuros manejos del Pardo, los carlistas continuamos manteniendo la bandera de la defensa de las libertades forales.

Por la Justicia y la Verdad.

Por las libertades forales.

Por nuestro Rey Javier y el Príncipe d. Carlos Hugo.

GAC Grupos de Acción Carlista10

Como consecuencia de esta acción, «pocos días después fueron detenidos en Pamplona tres jóvenes carlistas, los hermanos Javier, Domingo y Tomás Martorell.»11

En la misma línea se encuentran acciones propagandísticas encaminadas a boicotear, entorpecer o denunciar las visitas del príncipe Juan Carlos en sus viajes por diversas provincias españolas, como puede verse en pegatinas con el texto siguiente:

Sí, Señor.
Recibimientos a Juan Carlos «El príncipe»
Para tomates, póngase en contacto con la GAC (Grupos Acción Carlista)
Para medios de locomoción, dietas y… multas, al Gobernador de la Provincia.12

Otras actuaciones de carácter más social tuvieron lugar también en Pamplona, donde denunciaron un movimiento especulativo contra el Plan Sur. Parece ser que algunos «especuladores del suelo» estuvieron presionando para evitar la aprobación del Plan en el Ayuntamiento, donde intentaron chantajear a un concejal carlista, causándole perjuicios en su puesto profesional «por no doblegarse a los intereses de este grupo de presión capitalista». Ante tal situación, los GAC «denunciaron públicamente estas maniobras aportando toda clase de nombres y detalles»13.

Según la revista Montejurra, los diarios Aragón Exprés y Heraldo de Aragón comentaron y especularon sobre el significado de las siglas GAC de profusa aparición en calles, plazas y centros universitarios. La revista explicaba que esa firma empezó a aparecer en unas octavillas días antes del acto de Montejurra de 1968, y propugnaban «un socialismo democrático, una regionalización real y un estado de derecho que salvaguarde las libertades del individuo y su participación en las tareas públicas.» Añadía que estaba «enmarcado dentro de la línea carlista y sus componentes son en su mayoría jóvenes obreros y universitarios» que ya habían sufrido «numerosas detenciones en sus dos años de actuación»14.

Sin embargo en algunas zonas como en Castilla, los planteamientos de los GAC eran más tradicionalistas a juzgar por una información en torno a un boletín llamado Secutor, de finales de 1968, que informaciones oficiales atribuían al abogado burgalés José María Codón15.

Ciertas diferencias con el caso de Castilla hubo en Andalucía donde según el historiador Alberto Carrillo, «fue el renovado frente carlista por medio de los llamados Grupos de Acción Carlista (GAC) vinculados al Partido Carlista, que se enfrentaba desde unos años atrás al integrismo carlista. Los GAC fueron la expresión más depurada del cambio de signo ideológico y estratégico operado en el universo tradicionalista anclado en los presupuestos doctrinales decimonónicos.»16 Parece ser que los GAC comenzaron a darse a conocer en Sevilla el 25 de junio de 1971 «por el sistema de siembra de octavillas […] atacando la reforma de la Ley de Orden Público por anular «la garantía jurídica efectiva instituyendo un estado de excepción permanente». Pedían libertad política, sindical y regional» y según estas mismas fuentes «el máximo responsable regional del Partido Carlista/GAC en estos momentos era Ignacio Yécora Fernández.»17

Aunque como se ha dicho -y es habitual en todo tipo de grupos de acción- algunos miembros de los GAC estaban mucho más interesados en la acción que en la ideología, por sus documentos se observa que el ideario de los GAC iba a la par con el del Partido Carlista. Si comenzaron reivindicando las «libertades forales»,18 «la Justicia y la Verdad» y una «España federal» con tintes sociales, como se dice en su himno19, hacia 1973, en uno de sus documentos ya se decía que «la autogestión del pueblo exige que la revolución sea permanente».20

Algunos jóvenes activistas que iban por libre propagando consignas contra el régimen con pinceladas sociales o democráticas, intentaron integrarse en estos grupos. Tal es el caso de un grupo del círculo carlista de Castellón que dirigió una extraña carta al Jefe Provincial de la Comunión Tradicionalista, Enrique Tejedo, para recibir instrucciones. En ella, tras manifestarle que estaban «enterados de su interés por la formación de un grupo de acción carlista (GAC) en la provincia de Castellón», le exponían como «experiencia» toda una retahíla de letreros pintados durante dos meses, algunos de los cuales suscritos ya con las siglas de GAC. Así mismo, manifestaban no saber si «el GAC está organizado o es por formación espontánea».21

Parecía pues evidente que la estructura de los GAC, si es que existía como tal dentro del partido, debía tener un carácter clandestino, lo cual no impedía que algunos jóvenes con ganas de «acción» improvisaran acciones dándoles el marchamo de los GAC.

Vistos los diversos documentos de este grupo, tanto manifiestos como octavillas, a los que hemos podido tener acceso, se puede observar que tuvieron una propagación geográfica considerable: Aragón, Castilla, Países catalanes, Andalucía, Canarias… de todas maneras parece que fue en Navarra y el resto de Euskalherria, donde se inició y actuaron los grupos más importantes. Algunas de sus firmas aparecen junto a las de otros partidos y organizaciones de la oposición, como un «Manifiesto de las Fuerzas Democráticas Canarias» donde junto a los GAC de Canarias, firman, UD, PSOE, PCE y CCOO22. Es bastante habitual la signatura de los GAC junto a «comités obreros carlistas»23 u «obreros carlistas»24 No es nada extraño, toda vez que, en 1971, existió un boletín de filiación carlista llamado Lucha Obrera cuyo número de veinticuatro de enero de 1971 decía estar «editado por obreros carlistas»25 aunque ya el número especial de mayo decía «editado por el comité obrero del partido carlista»26 En 1971, durante los conflictos laborales en Navarra, aparecieron numerosas hojas de denuncia.27 Esta confluencia de activistas y obreros tiene la misma lógica que unos años antes había tenido la de la Agrupación de Estudiantes Tradicionalistas (AET) y el Movimiento Obrero Tradicionalista (MOT), es decir, ambas uniones tenían como denominador común la militancia joven del Partido Carlista. Un partido que en estos momentos, además, estaba en un punto de inflexión importante de su proceso evolutivo, puesto que en diciembre de 1970 se había celebrado la Primera Sesión del I Congreso del Pueblo Carlista, y en abril de 1971, la Segunda Sesión. Son unos tiempos de crisis, en los que proliferaron grupos que, como el que nos ocupa, o las mismas FARC, incidían en el Partido, tratando de radicalizarlo hacia la izquierda.

Informaciones que parecen de carácter gubernamental sintetizan su trayectoria desde su nacimiento hasta finales de 1973, especificando incluso las zonas donde tuvieron mayor predicamento. Dice así:

Los GAC aparecieron en 1965 y mostraron su virulencia en 1970, año en que comenzaron a ejecutar actos terroristas, llevando en su haber hasta el momento siete hechos.

Se instruyen para la guerra subversiva en Roncesvalles (Francia). Actúan en comandos de tres o cuatro individuos de distintas provincias. El jefe de cada grupo tiene jurisdicción en una o varias provincias con arraigo javierista y mantiene contactos personales con el coordinador y máximo responsable de estos grupos, residente en Biarritz, quien a su vez se entrevista en el país vecino con elementos de otras organizaciones, especialmente ETA. De este responsable, Fermín Elizari Garayoa (a) el «carnicero», parte las acciones a ejecutar en el interior […]

Estos grupos fueron desarticulados por completo en 1971 al ser detenidos los principales responsables, hoy en libertad. Han tratado de imitar en sus acciones a la ETA, ejecutándolas un tanto desligados del mando javierista, si bien éste les ha ayudado en el momento que fueron detenidos.

Zonas de arraigo.-
Vasco-Navarra: Pamplona, San Sebastián, Bilbao y Vitoria.
Cataluña: Barcelona, Lérida y Tarragona.
Aragón: Zaragoza.
Centro: Madrid, Valladolid y Burgos.
Levante: Valencia y Castellón
Andalucía: Sevilla, Huelva y Granada.28

Por lo que se refiere a asaltos y lucha armada de los GAC, según el historiador que más ha escrito sobre este grupo, Javier Onrubia,29 comenzaron en 1969 con un robo de material de oficina incluida una multicopista, en la sede de la Juventud Universitaria Monárquica Española (JUME) en Bilbao. En julio de 1970 asaltaron un polvorín de un centro militar burgalés, llevándose material explosivo y goma-2 con el que, en agosto, hicieron volar la rotativa de El Pensamiento Navarro, y en diciembre del mismo año colocaron otra carga explosiva en el oleoducto Rota-Zaragoza que suministra queroseno a la base aérea, pero no lograron el objetivo de destruir la terminal. Esta acción se realizó al ser imposible el secuestro del jefe de la base militar de Zaragoza –había sido sustituido a última hora- ante la visita de Nixon a España, con el fin de canjearlo por presos políticos.30

La acción frustrada de un comando la noche de fin de año de 1970, que supuso la detención de sus cinco componentes, sirvió de excusa perfecta para que el régimen intentara desacreditar al carlismo liderado por D. Javier y de su hijo Carlos Hugo, puesto que al día siguiente, toda la prensa se hizo eco de un despacho de la agencia estatal Cifra en la que se decía que la Guardia Civil había conseguido «frustrar un sabotaje perpetrado por un grupo terrorista partidario de Don Carlos Hugo de Borbón Parma contra el reemisor de Televisión Española en Barberana (Burgos)» Sin embargo, según la prensa carlista, la verdad fue otra, puesto que «la finalidad del acto que los cinco jóvenes carlistas pretendían llevar a cabo no era la voladura del reemisor de Barberana», sino «la interferencia de una cinta magnetofónica durante el discurso de fin de año pronunciado por el Jefe del Estado», añadiendo que «muchos de los extremos del despacho de Cifra son absolutamente falsos.» Alguna prensa había llegado a decir que «Cinco terroristas de Carlos Hugo de Borbón Parma intentaron volar un repetidor de televisión».31

Otra interferencia, esta vez radiofónica, pero con éxito, tuvo lugar en «Radio Requeté» de Pamplona, cuando otro comando armado asaltó la emisora y consiguió que en toda Navarra se escuchara «el «Guernikako Arbola» cantado por un tenor vasco. Siguió un manifiesto dirigido «al pueblo de toda la Península» que, después de hacer varias arengas terminó con gritos carlistas»32 cuyo contenido, imposible de publicarse entonces, es el siguiente:

Atención pueblos de la Península
Segundo Comunicado Revolucionario de los Grupos de Acción Carlista.
Este comunicado va dirigido a denunciar los atropellos y opresión que la Dictadura Franquista viene imponiendo al Pueblo Español, y muy especialmente a la clase trabajadora.
1º. Denunciamos las detenciones arbitrarias, torturas y encarcelamientos injustos que, de forma criminal, viene practicando el sistema capitalista de Franco contra toda persona que no se amolde a sus sucios manejos.
2º. El Partido Carlista pide al Pueblo Español y en especial a la clase trabajadora, que se sume a la lucha contra el Régimen Franquista «enemigo común» para la realización de la Revolución Socialista de los Pueblos de la Península.
3º. El Partido Carlista quiere una España representativa; sindical y regional, en la que bajo un sistema socialista, sea el mismo Pueblo el que de verdad lleve las riendas del Poder.
¡¡No queremos al pueblo para alcanzar el poder!!
¡¡Queremos alcanzar el poder para el pueblo!!
Por la revolución de las repúblicas de España en una monarquía socialista.
¡¡Carlos Hugo libertad!! ¡¡Carlos Hugo libertad!! ¡¡Carlos Hugo libertad!!
G.A.C.33

Otra acción frustrada, que terminó con la detención de dos de los tres miembros del comando, fue el asalto a las oficinas de «La Pamplonica», el 2 de julio de 1971, con intención de robar el dinero de su caja fuerte. En esta ocasión, además, resultó herida una empleada34. Cuando fueron juzgados en Consejo de Guerra, en septiembre de 1972, «los acusados se manifestaron responsables de los hechos, explicando que sus objetivos eran conseguir fondos para ayudar a los carlistas en el exilio y a los obreros en huelga […] En la sentencia se condena a José Massana a 26 años, 8 meses y un día de reclusión mayor, y a José Giró a 18 años de reclusión menor.»35 Se da la circunstancia de que Giró tenía 17 años cuando cometió el atraco, cosa que puso de manifiesto el defensor Ruiz de Erenchun, pero ello no le libró de la condena.36

Informaciones oficiales dijeron que con la detención de este comando catalán «se pudo conocer la identidad de los que habían participado en operaciones anteriores, así como otras que tenían programadas» como un atentado a José María Valiente; un atraco a la administración del Hospital de Navarra; un atraco, junto a ETA, a una sucursal de Lérida, del banco Hispano Americano; y el asalto a la prisión de Burgos y al cuartel del Ejército de Vitoria donde se encontraban presos miembros de los GAC.37

Después de ser detenidos los asaltantes de la fábrica «La Pamplonica», para contrarrestar algunas noticias de prensa que les desprestigiaba, así como para no involucrar al Partido Carlista en su conjunto, los GAC emitieron el siguiente comunicado:

Sobre el asalto a las oficinas de «El Pamplonica»

Ante los numerosos y variados comentarios que circulan en relación con este hecho y convencidos de que todo el aparato del Gobierno ha de tratar de aprovechar esta oportunidad, como todas las que se le presentan, para organizar otra feroz represión y ensuciar con versiones falsas y tendenciosas a los grupos políticos de oposición y sobre todo al Carlismo, nos vemos en la necesidad de aclarar públicamente:

1º.- Que todas las personas que intervinieron en este asalto no son unos delincuentes-ladrones ni criminales.

2º.- Que en forma alguna trataron de beneficiarse personalmente del producto de la operación, puesto que el dinero que pretendían llevarse, iba a ser destinado exclusivamente a atender a las necesidades de los propios obreros en huelga de esta empresa, así como a los exiliados políticos y sus familiares.

3º.- Que el hecho de que los asaltantes, o algunos de ellos tuvieran una ideología política no da derecho a nadie a mezclar al Partido en este asunto. Pueden ser Carlistas, como Católicos, pero ni las Organizaciones ni las Autoridades del Carlismo, como tampoco las de la Iglesia, tienen nada que ver con el mismo. Ellos han actuado en uso de su libertad personal y bajo su exclusiva responsabilidad, sin la más mínima intervención en ningún sentido de ninguna organización política, movido por un fin noble y humanitario, con evidente riesgo de sus vidas, aunque lamentablemente hayan corrido también peligro otras vidas inocentes.

4º.- Con esta declaración no pretendemos enjuiciar los hechos, sino solamente informar a la opinión verazmente, afirmando que los auténticos responsables de estas actuaciones violentas son los que impiden la existencia de unos sindicatos que defiendan los derechos de los trabajadores y de unas mínimas libertades políticas, los que utilizan la represión, con torturas inhumanas y largas condenas de presidio, apagar la voz de los que luchan por la justicia y la libertad, los que obligan a exiliarse a los mejores militantes sociales y políticos.-
Pamplona, 5 de Julio de 1971
GAC.38

El 9 de marzo de 1972, los cinco miembros del comando que habían intentado interferir el mensaje de fin de año de Franco, -primer comando detenido-, fueron juzgados en Consejo de Guerra en Santander y condenados a más de 17 años de cárcel, aunque al aplicárseles los beneficios del indulto del Decreto 2326/1971 de 23 de septiembre, la sentencia fue sustancialmente reducida.39 Para llamar la atención sobre este acontecimiento, en Pamplona, otro comando destrozó, mediante un artefacto explosivo, el monumento al duque de Ahumada, fundador de la Guardia Civil. Además, por toda España, otros grupos lanzaron hojas denunciando el Consejo de Guerra. Estas hojas de denuncia no solamente eran obra de los GAC;40 otras cuartillas aparecen firmadas por el Partido Carlista denunciando, tanto la condena de 17 años impuesta a los carlistas, como los obreros asesinados por la policía ese mismo día en Ferrol durante una huelga general, así como la represión en general.41 Y es que el Partido Carlista, a pesar de que formalmente no estaba detrás de las actividades de los GAC, no tuvo ningún inconveniente en apoyar a quienes consideraba también de los suyos. En este sentido fueron cinco abogados carlistas42, alguno de ellos ex-procurador en Cortes, como Zubiaur, los que defendieron a los miembros del GAC en el Consejo de Guerra. La militancia carlista fue también admitida por los cinco encausados. El órgano oficial del Partido lo dejaba claro:

Pero hay un hecho que determina la actitud del Carlismo frente al Régimen. Representa algo nuevo, ya no se trata de encarcelamientos, multas, registros, molestias, etc. Es un Consejo de Guerra contra cinco carlistas militantes del Partido […] Por lo tanto, cualquier proceso contra un militante carlista debe ser y será un motivo de presencia política del Partido.43

Los cinco miembros de los GAC ya condenados en el consejo de guerra por el asalto a la estación de Berberana fueron, además, juzgados en el TOP en diciembre de 1973. Según una hoja volante del Partido Carlista «el fiscal pide para ellos 30 años de cárcel» aunque en realidad eran 37.44 Sin embargo la sentencia final fue, por «un delito de propaganda ilegal en grado de tentativa inidónea, a las penas, a cada uno de seis meses de arresto mayor y multa de cinco mil pesetas.» Y es que la consideración de grado de tentativa inidónea, lo fue porque no consiguieron interrumpir –ni hubiera sido técnicamente posible en caso de no haber sido detenidos por la Guardia Civil- el mensaje de Franco, ni emitir ninguno de los dos textos alternativos que tenían preparados y que, según la sentencia:

En los textos de los mensajes, que conocían los procesados se insertan frases del siguiente tenor: En el primero.- «Manifiesto de las fuerzas democráticas. Compañeros: a todos los que desde vuestros televisores estáis dispuestos a darnos esta oportunidad, la de darnos a conocer a la opinión pública del País…, los que no comulgamos con las directrices del Régimen de Franco… a las que una política de enfrentamiento entre vencedores y vencidos ha llevado al caos en nuestro pueblo. A vosotros, a los que se os ha hecho elegir entre la libertad de nuestro pueblo y la integridad de la Nación; a vosotros los que durante treinta años os veis apartados de vuestras responsabilidades ideológicas…, os llamamos a la lucha. Diez y seis jóvenes vascos sufren la incertidumbre del resultado del sádico proceso dirigido por una política corrompida y no por la justicia… Hombres de todas las ideas perseguidos por la Dictadura…, por una justicia mantenida durante treinta años por la fuerza… Os llamamos a la lucha para que se reconozca la libertad de todas las Repúblicas que integran la Nación…Pueblos de España uníos contra la Dictadura». En el segundo: «A todos los hombres de los pueblos de España, especialmente al pueblo vasco, nos dirigimos con este comunicado: ¿Qué íbamos a esperar del Régimen represivo?… Treinta años de paz es el común denominador de la campaña de un Régimen demandado por la fuerza y mantenido por la fuerza… ¿Acaso se ha hablado con claridad al pueblo español de los crímenes cometidos en nombre de la paz de Franco?… Este comunicado lo hemos dedicado en especial a vosotros, pueblo vasco, porque habéis sufrido recientemente los ataques de los verdugos franquistas…»45

El hecho de que en las sentencias no se haga referencia a la militancia política de los procesados -aunque en los comunicados también se omiten dichas referencias- puede deberse al hecho apuntado más arriba de las consignas del Sr. Oriol de «omitir, por encima de todo, la palabra «carlista»» para seguir haciendo creer que el carlismo estaba con el Régimen.46 Sin embargo alguna otra prensa, como La Gaceta del Norte,47 sí que lo manifestaba claramente y, por supuesto, también la prensa carlista legal o clandestina.

En mayo de 1972, otro comando, supuestamente de los GAC, asaltó y sustrajo 17 millones de pesetas del Banco de Vizcaya en Galdácano, pero parece ser que en realidad fue un grupo de ETA-VI Asamblea, que al ser detenido intentó hacerse pasar por activistas de los GAC porque suponían que podrían ser mejor tratados.48 Sin embargo alguna connivencia debió existir tal como aparece en una información periodística sobre el consejo de guerra a los asaltantes en el que aparece como abogado defensor el letrado carlista Luis Maria de Uruñuela.49

Aunque también hubo castellanos y aragoneses, la mayoría de los activistas de los GAC que practicaron la lucha armada, fueron vasconavarros y catalanes. Tal vez por eso mantuvieron contactos e intercambios tanto con la ETA de aquella época como con el MIL (Movimiento Ibérico de Liberación) que actuaba en Cataluña, a algunos de cuyos miembros ayudaron a salir de España cuando eran perseguidos por la policía.50

En algunos lugares como Andalucía, se intentó extender la lucha armada de los GAC, pero no llegaron a practicarla. Así lo explica el ya mencionado historiador sevillano: «Los intentos de poner en funcionamiento los GAC como grupo de acción, a imagen y semejanza de los que existían en otros puntos del país, se realizaron a través de Fernando García Villarrubia, con quien contactó el activista de los GAC Tomás Bravo, pero no funcionaron.»51 Sin embargo sí que participaron en actividades formativas y subversivas pacíficas: «Fue a partir de 1972 cuando los GAC intensificaron sus actividades instructivas por medio de seminarios de formación. Durante el curso 72-73 dieron ciertos indicios de vida con la siembra de propaganda, participación en las manifestaciones y en organismos unitarios.»52

Algunos activistas de los GAC acabaron en cárceles españolas, y otros se vieron obligados a exiliarse. En Francia crearon el «Comité Carlista de París, de los Grupos de Acción Carlista que agrupa a carlistas emigrados y exiliados residentes es esta capital» El cabeza visible de éste comité era el aragonés Esteban Escobar (a) «Pirindolo». Este comité anunciaba la edición y venta de un disco sobre Montejurra 72, así como la «próxima aparición de la revista Diaspora, del Comité Carlista de París».53 Así mismo parece que Escobar, -joven estudiante que en el acto de Montejurra de 1970 había hablado en un discurso en nombre de la juventud-, estuvo investigando y recopilando «apuntes para una Historia del Carlismo de la postguerra, que serán presentados por el autor como Memoria o Tesis de Maitresse de Sociología Política en la Universidad de París VIII» para lo que contaba con un «equipo de colaboradores regionales y con la asesoría del amigo y maestro, Pedro José Zabala» .54 Para ello, en una carta solicitaba colaboración y documentación a los carlistas de España, diciendo que el Secretario General José María de Zavala estaba informado, y añadía que también les remitía similar carta a «mi Jefe Regional de Aragón y los dos componentes de la Junta de Gobierno, que recientemente han sido nombrados como «encargados de perseguidos»»55 Otros carlistas, residentes en Biarritz no tuvieron tanta suerte, puesto que, dos de ellos, a quienes se les halló armas en sus domicilios, fueron condenados a dos meses de prisión, a pesar de que, en su defensa el Sr. Albeberry dijera que “han abandonado todo, su familia, su casa, su patria, pero de una manera transitoria. En Francia han encontrado acogida. Han respetado siempre las leyes francesas salvo hoy en lo que concierne a la detección de armas.»56

Desde las cárceles, los presos de los GAC, continuaban la lucha. Así, en agosto de 1972, a raíz de la Conferencia conjunta de Obispos y Sacerdotes, donde se pidió públicamente perdón a los españoles por sus «silencios culpables», un grupo de presos de la cárcel madrileña de Carabanchel, elevó dos documentos a la Comisión permanente del Episcopado español, solicitando que la Iglesia española pidiera públicamente la amnistía. El primero de estos documentos estaba firmado por diez presos de la 6ª galería entre los que se encontraban algunos del proceso 1001 contra CCOO, como Marcelino Camacho o el sacerdote García Salve, el dirigente comunista Fernádez Iguanzo y dos de los presos de los GAC, Ildefonso José María Porro y Jon Kerejeta Vera.57

En el exterior, los GAC continuaban actuando, tanto en acciones armadas, como en propaganda pacífica. En Sevilla, se constituyó un Comité de Lucha pro 1º de Mayo en el que los GAC participaban junto a «diversos grupos del mundo del trabajo» contra el paro, los expedientes de crisis, por el derecho de huelga, la libertad sindical, de prensa, y la amnistía.58 En Benicarló, al norte del País Valenciano, los GAC, en unión a las llamadas Comissions del Magisteri, hacían un llamamiento el 18-10-72: «¿Hasta cuándo vamos a permanecer en silencio? Los maestros no podemos estar con un régimen que nos ha negado, nos niega y negará la solución a todos nuestros problemas (el coeficiente, los complementos, la seguridad social, permanencias, integración, mutualidad…).»59 La policía se hacía eco de una cartel de los GAC en la Facultad de Derecho de la Complutense explicando y denunciando el asesinato en Santiago del estudiante José María Fuentes Fernández y la reacción en la Universidad gallega.60

Desde el Ministerio de la Gobernación, Dirección General de Seguridad y de acuerdo con un informe de la Jefatura del Servicio de Información al S.E.R.C.O. existían «concomitancias del carlismo con E.T.A.» El informe decía:

Los emisarios del Príncipe Carlos Hugo, que desde 1969 vienen desenvolviendo en el círculo de Arbonne y Hendaya, sus actividades, han conseguido la unión clandestina y secreta con ETA-V Asamblea, según noticias recibidas.

En relación con lo expuesto es de significar el hecho de que en la reciente huelga de hambre llevada a cabo por miembros de la ETA, en la Catedral de Bayona, se sumó a la misma el refugiado carlista de Pamplona Fermin Elizari Garayoa, como muestra de solidaridad. También recibió la visita de los diputados carlistas Escudero y Zubiaga.

Coincidiendo con dicha huelga, Carlos Hugo envió una carta de adhesión a ETA, desde París por mediación de la Asociación «Anay-Artea», felicitándole por su postura.61

Otro informe de marzo de 1973, que parece también de un organismo del Gobierno, habla de que durante los últimos años, la «concentración piadosa y patriótica» de Montejurra «ha resultado ya totalmente dominada e incluso dirigida por los jóvenes que integran la organización clandestina de los Grupos de Acción Carlista.» Y añade que «Estos grupos son suficientemente conocidos, por ser adictos al sistema de la monarquía socialista que proclama la familia de D. Javier de Borbón-Parma…» Y habla también «de los contingentes de jóvenes que acuden de forma organizada. Lo cual da lugar a las ruidosas demostraciones de desafección y crítica contra el Gobierno español y su Movimiento Nacional.» Por eso al final dice que «puede resultar temeraria la autorización de una nueva Concentración en Montejurra durante Mayo del presente año de 1973», y añade que:

Actualmente la Hermandad del Vía-Crucis Penitencial de Montejurra, […] está bajo la dirección de personas afectas a los G.A.C. y al mismo tiempo simpatizan con una especie de Seminario que se dice cristiano-socialista, regentado […] por el destacado «javierista» Mariano Zufía Urrizalqui, concejal del Ayuntamiento de la capital navarra, y de quien se dice que es íntimo amigo del Obispo auxiliar de la Diócesis, Dr. Larrauri, significado «progresista» del Clero modernizado; incluso dichas gentes esperan que la mediación de ésta alta jerarquía eclesiástica será suficiente para conseguir la oportuna autorización gubernativa […] convirtiéndola después como de costumbre en actos de afirmación política contrarios al régimen gubernativo español.62

En Cataluña los GAC hicieron un llamamiento para el aplec de Montserrat de 1973, redactado en catalán y castellano, en donde criticaban la dictadura «símbolo de unos valores materialistas [que] fabrica hombres esclavos del consumo y persigue a los hombres libres» llamando a combatirla como «única manera de construir una sociedad más justa, económicamente socialista y políticamente democrática en Cataluña».63

Según Porro, que fue miembro de uno de los comandos, en el verano de 1973 los GAC, en una reunión en un caserío de Iparralde, decidieron disolverse y continuar la lucha política dentro del Partido Carlista.64 Sin embargo no fue una disolución total ya que en octubre de 1973, fueron detenidos en Lasarte cuatro personas (dos hombres y dos mujeres de nacionalidad francesa) que según la policía trabajaban para los GAC. Los detenidos, junto a otro español huido, habían asaltado el día anterior una sucursal del Banco Central en el barrio pamplonés de la Rochapea, de donde se llevaron casi dos millones de pesetas. Como consecuencia de estas detenciones, otros miembros de los GAC, fueron detenidos en Pamplona, donde se les descubrió un piso con material para confeccionar propaganda, y armas. A Ángel Martorell se le consideró el planificador del atraco; a Jesús Sancho se le relacionó con el atraco a «La Pamplonica» realizado por los GAC en 1971, por lo que fueron encarcelados; los otros tres carlistas detenidos como supuestos encubridores, José Javier Lusarreta, José Antonio de Carlos, y Purificación Bienve, fueron puestos en libertad, «sin perjuicio de que en su día se pueda acordar la apertura de sumario contra ellos»65 Es probable que el huido fuese Javier Martorell, hermano de Ángel, que ya había sido detenido en 1968, porque, buscado por la policía, se exilió con su mujer a Venezuela.66 Según parece para este atraco se contó con la colaboración de ETA, quien con el dinero conseguido secuestraría al embajador de España ante el Mercado Común Europeo, don Alberto Ullastres para ser canjeado a su vez por presos políticos entre los cuales se hallaban dos de los GAC, Josep Masana y Joan Antoni Giró, pero el secuestro fue abortado por la policía antes de su realización.67

Una cierta mala conciencia mal disimulada se albergaba desde algunos sectores del carlismo de izquierda cuando, a finales de 1973, desde la propia prensa clandestina se veían obligados a «justificar» este tipo de acciones de cara a la opinión pública, o quizá de cara a algunos lectores carlistas más timoratos. Así, en relación al atraco al mencionado Banco de Pamplona, un boletín valenciano decía que «al parecer no se trata, en primer lugar, de delincuentes comunes, de unos atracadores con interés personal, sino que se trata de unos militantes que pretendían obtener fondos con destino a un grupo político. No hubo sangre inocente por medio. La acción puede ser reprochable moralmente […] Pero en la sociedad hay diversas formas de robar, de atracar, sin que sea preciso hacerlo a mano armada, desde el fraude fiscal […] hasta no pagar ni el salario mínimo legal [o] las especulaciones de los grupos económicos capitalistas. Aquéllos que nos acusan de “ladrones”, son los que luego nos oprimen política, económica y culturalmente.» Y para terminar, tratando de tocar la fibra carlista, hace referencia a la incautación, calificada de «atraco» que el régimen de Franco hizo de la prensa carlista con el decreto de unificación durante la guerra civil, añadiendo que «ellos, desde los periódicos que nos robaron, nos acusan ahora de ladrones.»68

Otros textos de los propios GAC también parecían encaminados a justificar la lucha armada cuando, a principios del mismo año, una hoja volante firmada por los GAC y «Obreros Carlistas» denunciaba «la muerte del compañero Manuel Fernández Marquez», y recordaba también la respuesta que el procurador carlista Gabriel de Zubiaga había recibido de Garicano Goñi (Ministro de la Gobernación) diciendo que «el orden público será mantenido a toda costa. Si es preciso se usarán las armas».69

Sea como fuere, tras el asalto al Banco Central, que ya marcó un punto de inflexión en estos grupos, la mayor parte de los GAC parece que desaparecieron absorbidos por el Partido Carlista, donde sus componentes pasaron a militar de forma exclusiva. Sin embargo, Javier Onrubia habla de una confusa etapa siguiente, la tercera, en la que algunos antiguos militantes seguían utilizando el nombre para llevar a cabo acciones esporádicas como un asalto a «Rank Serox» en Bilbao, y a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Vitoria.70

Este carlismo radical partidario de la lucha armada como eran los GAC, no acabó nunca de cortar el cordón umbilical –al igual que el carlismo más filomarxista de las FARC-, que le unía al más genuino carlismo histórico, mezcla de romanticismo, tradicionalismo y acción insurreccional. El caso más paradigmático es el de uno de sus primeros líderes: el vasco Jon Kerejeta Vera.71 Jon Juariste explica que fue miembro de una conocida familia carlista guipuzcoana, que llegó a ser numerario del Opus en sus tiempos de estudiante de ingeniería industrial, líder de la juventud carlista vasca, montañero, deportista, seductor, inquieto, católico y sentimental -como el Bradomín de Valle Inclán-; detenido en más de diez ocasiones, multado en otras y expedientado; participante en la Asamblea constituyente del Sindicato Democrático de Estudiantes en la llamada «capuchinada» de Sarrià de 1966; uno de los enlaces de los GAC con la ETA de finales de los años 60. En 1971 sería detenido y torturado por la Guardia Civil, tras la acción del comando carlista en Berberana y condenado en consejo de guerra y en el TOP. En la cárcel de Carabanchel, en contacto con Marcelino Camacho, se pasó al Partido Comunista de España, de donde sería expulsado aunque readmitido más tarde. Incapaz para encontrar un trabajo estable, se hizo contrabandista, se casó, tuvo un hijo, se separó de su mujer y marchó a México. Tras regresar, y viviendo con su hijo, pasó por una apuradísima situación económica que le llevó a atracar un banco en 1998. A finales del 2000, ya con 57 años de edad, todavía estaba en la cárcel aunque en régimen abierto; por esas fechas aún recordaba sus años de juventud asistiendo a una comida con los supervivientes del frustrado asalto a Berberana. Al día siguiente de esta comida, según sigue contando el conocido escritor ex-etarra Jon Juartisti –que lo califica de paradigma de inadaptado social donde los haya-, le comentaba: “No. No he cambiado siquiera de manera de pensar. Sigo siendo cristiano. Sigo siendo carlista. Sigo siendo comunista y, en cierto modo, sigo siendo del Opus.» En años recientes, Jon Kerejeta, todavía ha asistiendo al tradicional acto que el Partido Carlista sigue organizando en Montejurra en el que no evita su ascenso, para oír la Misa, a la cumbre del mítico e histórico monte del carlismo.

ARCHIVOS

Arxiu Carlista Miralles (Castelló)
Archivo General de la Administración (AGA)
Arxiu Històric Municipal d’Elx (AHME)
Arxiu Històric Provincial de Castelló (AHPC)
Archivo Ildefonso José María Porro Sainz (AIJMPS) Bilbao
Archivo Javier Onrubia Rebuelta (AJOR) Leganés
Archivo Jon Kerejata Vera (AJKV) Ondarribia
Arxiu Partit Carlista del País Valencià (APCPV) Vila-real

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BIBLIOGRAFÍA

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1. Fue el que firmó la orden de movilización del Requeté contra la Segunda República en 1936 en nombre de su tío y titular de la dinastía carlista, Don Alfonso Carlos de Borbón y Áutria-Este. Durante la Guerra Civil Franco le expulsó por primera vez de España y, tras la invasión alemana de Francia, fue detenido por la Gestapo por organizar un maquis e internado en el campo de exterminio de Dachau de donde fue liberado al final de la Segunda Guerra Mundial.

2. Archivo General de la Administración (AGA), Cultura, 42/8923, Carpeta 2. «Grupos de Acción Carlista» s/f

3. Archivo Ildefonso José María Porro Sainz (AIJMPS) Bilbao.

4. Puede verse la influencia del «Che» entre los jóvenes estudiantes carlistas en «El “Che» Guevara ha muerto», Madrid, 21-10-1967, documento reproducido en Cuadernos de Historia del Carlismo nº 31, febrero, 2004, pp. 2 y 3, cuyo texto, firmado por la AET, dice: «La Habana ha confirmado la muerte del comandante Ernesto Guevara. El “Che» ha representado la lucha guerrillera de un continente contra la opresión y la injusticia del mundo capitalista. Por ello, Guevara ha sido asesinado. Un ejército, el boliviano, al servicio de las oligarquías hispanoamericanas e instruido y mandado por el capitalismo yanqui, ha sido el autor del hecho. Pero para nosotros, estudiantes carlistas, el ejemplo de Guevara persiste, porque España también necesita una lucha constante contra el capitalismo instalado: -Un salario que representa un genocidio para todo un pueblo. –Una economía controlada cada día más por el capitalismo yanqui. –Unas nacionalidades hispánicas (la gallega, la castellana, la catalana, la vasca, etc.) oprimidas. –Unas elecciones al margen de la juventud y mediatizadas por los ya instalados. –Un concilio que no se cumple. –Una oligarquía aún más fuerte que la anterior al 36. El Carlismo, que ha sido una constante guerrillera del pueblo español, estafado por las fuerzas que usufructuaron el 18 de julio, sigue unido como siempre a la acción para la consecución de la justicia.»

5. RE.JA. nº 3, agosto-1969, p. 5 (sin numerar), en Arxiu Històric Municipal d’Elx (AHME), Caja A-741/G.

6. Francisco Javier CASPISTEGUI, El naufragio de las ortodoxias. El carlismo, 1962-1977, Eunsa, Baranáin, 1997, pp. 125 y 246.

7. Manuel de SANTA CRUZ, Apuntes y documentos para la Historia del Tradicionalismo español, 1939-1966, Madrid, 1991. T. 28 (Gráficas La Torre), p. 32.

8. Ídem. No sabemos si el ya fallecido y conocido periodista radiofónico Joaquín Luqui tendría alguna relación con «Aragón Libre», porque, según El Federal, en Pamplona, por esos años, creó un famoso programa llamado «Requeteradio», y también allí, «hizo una sección de música en el diario carlista El Pensamiento Navarro […] se fundó una revista […] Disco Express […] tal publicación tiene su importancia puesto que, según se afirmó en su día, su creación no tenía sólo una motivación estrictamente musical sino que se pensó que podía servir para financiar la lucha de los GAC…» El Federal, nº 23, mayo-2005, p. 12.

9. Josep Carles CLEMENTE, Historia General del Carlismo, F. Mesa-Servigrafint, S.A., Madrid, 1992, pp. 573-574.

10. Archivo Javier Onrubia Rebuelta (AJOR) Leganés. Agradezco a Javier Onrubia el haberme facilitado este documento, uno de los primeros de los GAC, que no recoge en su propia obra sobre este grupo titulada La resistencia Carlista a la dictadura de Franco: los “Grupos de Acción Carlista» (G.A.C.), Magalia, Madrid, 2000.

11. Montejurra, nº 41, septiembre-1968, p. 29.

12. AHME, Caja 22/C (Pegatina de 6,5 x 10,5 cm.)

13. Montejurra, nº 43, noviembre-1968, p. 20.

14. Montejurra, nº 51, marzo-abril-1970, p. 22.

15. AGA, Cultura, 42/8923-2 “Propaganda carlista.- Burgos» 27-2-1969. El Boletín completo puede verse en AIJMPS.

16. Alberto CARRILLO-LINARES, Subversivos y malditos en la Universidad de Sevilla (1965-1977) Centro de Estudios Andaluces. Consejería de la Presidencia. Junta de Andalucía, Sevilla, 2008, p. 163.

17. Ídem, p. 281

18. «Hoy, cuando ninguna libertad es respetada por el régimen, nosotros, carlistas andaluces, pedimos y exigimos libertades concretas plasmadas en los Fueros para Andalucía» Lucha, nº 3, enero 1971, AIJMPS. Sobre su ideología ver también el punto de vista de lo que parece un informe gubernamental titulado «Los G.A.C. dentro del espíritu regionalista» Madrid, 25-6-1971, AIJMPS.

19. Arxiu Carlista Miralles (Castelló), Caja F/5, Canción de los G.A.C. (doble versión, en catalán y en castellano).

20. AJOR, «Unidad y solidaridad contra la dictadura», mayo-1973

21. ACM, Caja F/1, Carta a Enrique Tejedo para formar un GAC en Castellón, 13-6-1969.

22. IM nº 23, enero-1973, p. 6 (sin numerar). ACM, Caja Y. Ver el documento completo fechado en canarias 1972 en AIJMPS

23. ACM, Caja F/8, Pamfleto denunciando la represión contra los obreros, (s/f).

24. ACM, Caja F/17, «Trabajadores ¡Todos juntos en la lucha contra la dictadura!» (s/f).

25. AHME, Caja A-741/F, Lucha Obrera, 24-enero-1971.

26. AHME, Caja A-741/F, Lucha Obrera, mayo-1971.

27. Esfuerzo Común, nº 135, diciembre-1971, p. 25.

28. AGA, Cultura, 42/8923, Carpeta 2 «Grupos de Acción Carlista» s/f.

29. Javier ONRUBIA, La resistencia Carlista a la dictadura de Franco, op, cit. Esta obra histórica de síntesis, además de nuevas e importantes aportaciones sobre los GAC, recoge tres versiones parciales anteriores: Desde la antropología, Jeremy MACCLANCY, «GAC: Militant Carlist Activism, 1968-1972», en: W.A. Douglas (ed.), Essays in Basque Social Anthopology (Reno, University of Nevada Press) 1989, pág. 177-185. Desde la experiencia personal: Ildefonso José Mª PORRO SÁINZ, «Notas sobre los G.A.C. (Grupos de Acción Carlista)» en: Cuadernos de Historia del Carlismo nº 11, julio 1999 y, parcialmente, también en: Juan Félix ERIZ, Yo he sido mediador de E.T.A. Mi larga andadura por un diálogo hacia la paz, Arnao, Madrid, 1986, 2ª ed.

30. Ildefonso José Mª PORRO, «Notas sobre los G.A.C. (Grupos de Acción Carlista)» en: Cuadernos de Historia del Carlismo nº 11, julio 1999, p. 2. Sobre el diario El Pensamineto Navarro conviene recordar que en 1970 se apartó de la disciplina de la Comunión Tradicionalista/Partido Carlista que había mantenido hasta entonces, tras un «golpe de estado» dado por el Presidente del Consejo de Administración, Joaquín Baleztena y dos de sus sobrinos contra su director Javier María Pacual. Ver Rosa Marina ERREA, Javier María Pascual y El Pensamiento Navarro «con él llegó el escándalo» (1966-1970), Eunate, Pamplona, 2007.

31. Montejurra, nº 57, enero-1971, p. 3. Ver también el pamfleto «aclaración» de los GAC en AGA, Cultura, 42/8924, Carpeta, 4, o una información firmada por “A.E.T. Estudiantes Carlistas» en la que se dice que el diario Pueblo «por orden del Sr. Oriol ha destacado la noticia con grandes titulares diciendo que «se trata de partidarios de don Carlos Hugo». Asimismo, el Sr. Oriol dio órdenes a la Dirección General de Prensa y comentó con algunos ingenuos que había que omitir, por encima de todo, la palabra «carlista”» AGA, Cultura, 42/8923, Carpeta, 2. Sin embargo, algunas instancias del Régimen no hicieron caso a las consignas de Oriol.

32. Esfuerzo Común, nº 129, junio-1971, p. 9; AGA, Cultura, 42/8922/Carpeta 2. «Asalto a Radio Requeté de Pamplona» 2-5-71 y la información confidencial de la policía «Concentración en Montejurra» donde dice que «los asaltantes hablaban en vasco», lo cual sorprende porque era un comando catalán.

33. ACM, Caja F/18, Nota emitida en el asalto a Radio Requeté con motivo del Acto de Montejurra, mayo, 1971.

34. Según Onrubia, cuando en 1977, el autor del disparo, Josep Massana, salió de la cárcel con la amnistía, viajó a Pamplona para pedir perdón a la joven herida: ver Javier ONRUBIA, La resistencia Carlista a la dictadura de Franco, op, cit. p. 71. En este sentido es interesante constatar cómo, según el citado antropólogo Macclancy, el recuerdo de los GAC es positivo porque sus comandos no cometieron ningún asesinato: ver Jeremy MACCLANCY, «GAC: Militant Carlist Activism, 1968-1972», en: W.A. Douglas (ed.), Essays in Basque Social Anthopology (Reno, University of Nevada Press) 1989, p. 183. Sin embargo no está claro si fue ETA o GAC quien asesinó al confidente Ovidio Mateos, antiguo miembro de los GAC: ver Ildefonso José Mª PORRO, Notas… op. cit. p.5. ETA, en cambio, -con quienes los GAC mantuvieron contactos e intercambios-, sí cometió asesinatos, a pesar de que la violencia de ETA en aquellos años era muy selectiva y no tenía nada que ver con la sanguinaria e indiscriminada que practicarían unos años más tarde. Además, en aquellos años, la «violencia revolucionaria» estaba bastante aceptada por todos los antifranquistas incluso fuera de Euskalherria. También por los carlistas. Así por ejemplo, según un informe policial titulado «Grupos de Acción Carlista» dos carlistas fueron detenidos «en Valencia cuando estampaban letreros subversivos «Franco No, ETA sí», Vicente Ramón Porcar Bigorra y una chica de Bilbao.» Arxiu Històric Provincial de Castelló (AHPC), Caja, 9678.

35. IM, nº 22, septiembre-octubre-1972, p. 4 (sin numerar). La noticia da más datos de todos los implicados del comando: «José Masana Martín, de 50 años; Juan Antonio Giró Adan, de 18 y Felipe José Lorda Mur, mayor de edad, en ignorado paradero el día de celebrarse el juicio.» ACM, Caja Y.

36. Crónicas del juicio en el Cuartel del regimiento Valencia A.B.Q. de Santander, puden leerse de la agencia Logos en Esfuerzo Común, nº 154, octubre 1972 y en Ya, 6-9-72; de la agencia Cifra en El Pensamiento Navarro, 6-9-72; y de la agencia Europa Press en recorte de prensa en ACM, Caja F/22.

37. AGA, Cultura, 42/8923, carpeta, 2. «Grupos de Acción Carlista»

38. AIJMPS «Sobre el asalto a las oficinas de «El Pamplonica»» 5-7-1971.

39. Según Esfuerzo Común, nº 142, de 1 de abril de 1972, página 50, los cinco acusados son: Ildefonso José María Porro Sáinz, 29 años, soltero, natural de Bilbao y de profesión fontanero; Carlos Catalán Sánchez, 21 años, soltero, natural de Pamplona y de profesión pintor-decorador; Juan Querejeta Vera, 28 años, soltero, natural de Elorrio, Vizcaya y de profesión ingeniero industrial; José Luis García Robles, 28 años, soltero, natural de León y de profesión técnico en TV; José Antonio Cob Pampliega, 26 años, soltero, natural de Cañizar de Argaña (Burgos) y de profesión mecánico. Ver copia de la sentencia en AIJMPS

40. ACM, Caja F/2, Octavilla de los GAC de marzo de 1972.

41. ACM, Cª F/13, «No a la represión» (En esta cuartilla escrita a dos caras y firmada por «Partido Carlista», aparece también, junto al encabezamiento, el símbolo carlista de las aspas). Ver también la nota informativa confidencial de la S.I.G.C. de la 331 Comandancia al Gobernador Civil de Castellón de 18-3-1972 en AHPC, Caja, 9679

42. Esfuerzo Común, nº 143, 15-abril-1972, p. 15. En este número puede verse una crónica del Consejo de Guerra.

43. IM, nº 18, marzo-1972, p. 4 (sin numerar), ACM, Caja Y.

44. «30 años para cinco carlistas» Dicembre 1973, AIJMPS. La Gaceta del Norte del 15-12-73 habla de 5 años de prisión para tres de ellos y 11 años para otros dos.

45. Sumario núm. 765 de 1971. Juzgado nº 1 de Oren Público, AIJMPS. Los textos completos de los comunicados pueden verse en AJKV.

46. Oriol fue uno de los ministros de Franco identificado, según Ramón Tamames, en el bloque tradicionalista, pero aclara que, de los identificados por él como tradicionalistas, «siempre se trata de carlistas adictos a Franco y que, por tanto, de una forma u otra rompieron con el «legitimismo» de don Javier de Borbón Parma o de su hijo Carlos Hugo.» Ramón TAMAMES, La República y la era de Franco, Alianza Editorial, Madrid, 1988, p. 307.

47. La Gaceta del Norte, 15-12-1973

48. MACCLANCY, Jeremy, op. cit. p. 183.

49. AIJMPS, Recorte de prensa sin fecha «Consejo de guerra contra los asaltantes del Banco de Vizcaya en Galdácano» La militancia carlista del abogado defensor Uruñuela puede verse en AGA, Cultura, 42/8922, Carpeta 3. Europa Press, 17-5-76. Un informe gubernamental sobre los «Grupos de Acción Carlista» que hace una síntesis histórica, ideológica y de distribución geográfica y activista de este colectivo, atribuye el atraco de Galdácano a los GAC. AGA, Cultura, 42/8923-2.

50. Javier ONRUBIA, La resistencia… op. cit. pp. 76-77. Este autor explica que el militante anarquista del MIL, Salvador Puig Antich, tenía cierta relación, incluso familiar, con carlistas catalanes. Cuando fue condenado a muerte, en febrero de 1974, don Javier de Borbón Parma pidió en un telegrama al dictador que se le conmutara la pena. AGA, Cultura, 42/8924, Carpeta 1. Puig Antich fue ejecutado a garrote vil el dos de marzo.

51. Alberto CARRILLO-LINARES, Subversivos…op. cit. p. 338.

52. Ídem. p. 337

53. AJOR, Comité de París Grupos de Acción Carlista, París, s/f .

54. Sobre la relación con Escobar, sirva la siguiente nota, remitida al autor por Zabala, en la que habla de «… la figura de Esteban Escobar, alias Pirindolo, que jugó un papel importante en SUCCVM (Sección Universitaria del Círculo Cultural Vázquez de Mella) de Zaragoza y en la creación de los GAC. Mi discrepancia con estos no se debía sólo a mi vocación pacifista, sino a su ingenuidad y los alardes infantiles con que presumían de sus acciones.» (Carta de 30-11-2005)

55. ACM, Caja F/37, Carta y esquema de trabajo de Esteban Escobar Frauca, 7-mayo-1972, (8 folios). Los dos miembros de la Junta de Gobierno del Partido Carlista designados para «el problema de los exiliados» eran Gabriel Alonso y Rafael Ferrando. AHME, Caja 22/G «Junta Regional celebrada el día 19 de diciembre de 1971» (Valencia). F. J. CASPISTEGUI, habla de comisión de «asistencia», ver: El naufragio…op. cit. p. 209.

56. Esfuerzo Común, nº 150-151, 1-agosto-1972, p. 30.

57. Cuadernos de Ruedo Ibérico, nº 37-38, junio-septiembre-1972, pp. 103-111.

58. ACM, Caja F/15,“A todo el mundo del trabajo» Sevilla, 1972.

59. Dossier Crítics Número 13, Castelló de la Plana. Hivern, 2006, «L’ambient educatiu a Castelló als anys 70» p. 27.

60. AGA, Cultura, 42/8923, Carpeta 2. «Servicio de Información. Asunto: Carlismo» 9-12-1972

61. AIJMPS, Ministerio de la Gobernación. Dirección General de Seguridad, rl/mh 00126, 5-1-1973. Unos meses antes ya se había emitido otro informe sobre la «supuesta ayuda económica de Carlos Hugo a Telesforo Monzón» a través de elementos de los GAC, «refugiados en el Sur de Francia» lo que implicaba ayudar indirectamente a ETA aunque el mismo informe decía que «dicha ayuda no es lógica a menos que detrás de la misma hubiera algún compromiso concreto que redundara en beneficio de las actividades javieristas» 20-9-1972. AIJMPS.

62. AIJMPS «Informe sobre las perspectivas de la concentración anual de Montejurra» marzo-1973.

63. AGA, Cultura, 42/8922, Carpeta 3. «Tots contra la dictadura per una Catalunya democrática» 29-4-1973.

64. Ildefonso José Mª PORRO, Notas… op. cit. p. 6.

65. Recortes de diversa prensa diaria: Ya, ABC, El Pensamiento Navarro y La Vanguardia, en ACM, Caja F/24, F/26, F/27, F/28 y F/29.

66. Javier ONRUBIA, La resistencia Carlista, op. cit. p. 80.

67. ACM, Caja F/30 bis, Diario Ya, 25-noviembre-1973; Diario de Barcelona, 25-noviembre-1973; El Noticiero Universal, 26-11-73

68. Terra Ferma nº 7, octubre-1973, pp. 3-4. ACM, Caja V.

69. Arxiu Partit Carlista de País Valencià (APCPV) Vila-real, «Tabajadores ¡Todos juntos en la lucha contra la dictadura!» 4-abril-1973

70. Javier ONRUBIA, La resistencia Carlista, op. cit. p. 21. Un boletín tradicionalista de derechas llamado «Txapelgorri», en su nº 2, de noviembre de 1973, hace una relación de acciones de los GAC con intención de desacreditarlos; el resto de su contenido es un alegato también contra la Familia Borbón Parma y el Partido Carlista. AGA, Cultura, 42/8924, Carpeta 3.

71. Todas las referencias de este singular personaje, pueden verse en las memorias de Jon JUARISTI, Cambio de destino, Seix Barral, Barcelona, 2006 y en Cuadernos de Ruedo Ibérico, nº 37-38, junio-septiembre-1972, pp. 108-109.