[Opinión] El feminismo desde la lucha de clases

Artículo de Manuel Fernández de Sevilla

Estamos acostumbrados a ver como la izquierda se diluye en banderías bajo un falso transversalismo que pretende el mantenimiento del sistema de explotación capitalista.

Encontramos desde salvar a la ballena Willy hasta el salvemos al Oso Polar Yogui, pasando por la defensa de mil cosas que tienen su importancia, pero que sólo reproducen divisiones y banderías en la izquierda.

Cuando llega el 8 de marzo todos nos hacemos partícipes y defensores de los derechos de las mujeres, pero desde su trasfondo principal que es el principio de la lucha de clases, para combatir la marginación, la desigualdad y la injusticia porque no existe el feminismo sin la lucha de clases.

El transversalismo y el postmodernismo han traído a colación una nueva concepción de feminismo que nada tiene que ver con el principio de lucha de clases, porque se ha parapetado en el paradigma de la guerra de sexos, auspiciado por la misandría y el hembrismo, pues no busca la equidad ni la justicia social sino sustituir una sociedad dominada por el patriarcado capitalista por otra que esté dominada por el matriarcado capitalista, ya que lo importante para el sistema es no verse dañado ni puesto en tela de juicio.

Para el neofeminismo es mucho más importante la sustitución de hombres por mujeres en los cargos de máxima responsabilidad en las grandes empresas y grandes corporaciones capitalistas que el hecho de combatir el propio sistema de explotación capitalista que es el generador de la desigualdad todavía más si cabe desde su perspectiva neoliberal.

Es por ello que encontramos estúpido el desenfoque al que se ha llegado y que se está asumiendo al percibir que hasta los liberales se declaran feministas cuando su ideología es precisamente la libre competencia contexto de «ley de la selva» o «ley del más fuerte», y ahí no puede haber ni existir de ninguna manera la igualdad y la justicia social.

Al abandonar el principio de lucha de clases se está cayendo en la defensa de causas segmentadas y sesgadas, arrancadas de su origen y trasfondo. Jamás entenderemos así que el motivo de la desertificación o el deshielo polar tiene su origen en el sistema de explotación capitalista. Que la situación de desigualdad genera situaciones de vulnerabilidad, y ello tiene su origen en el sistema de explotación capitalista. Que el problema de la desigualdad y la injusticia social no se soluciona poniendo una Papisa en lugar de un Papa en Roma, o haciendo que sean más mujeres las que ocupen la dirección de las grandes compañías y corporaciones empresariales, los ejércitos o los países, si va a resultar que con ello vamos a seguir inmersos en la injusticia social que avala el sistema de explotación capitalista.

Tod@s vamos a la huelga feminista del 8 de marzo, siempre sabiendo su especial significación, y recordando que el día de la mujer trabajadora son todos los días, y que los derechos de las mujeres son los derechos de tod@s nosotr@s.