El gozo en un pozo
Publicado en Diario de Noticias. 23/02/2011
Sabemos por experiencia que dura poco la alegría en casa del pobre y lo hemos vuelto a comprobar al ver cómo los que reclaman el voto utilizando el nombre y los símbolos de Navarra han vuelto a impedir que se recupere el derecho de todos los ciudadanos navarros a poder educar a sus hijos en la lengua autóctona, el euskara, en las mismas condiciones que se enseña el castellano de Castilla, la otra lengua oficial.
Lo más afrentoso es que además mientras los socios de UPN en el Gobierno dicen que no tendrían inconveniente en aprobar algo similar siempre que no supusiera imposición u obligatoriedad para nadie, ni extensión del euskara, los modernos beamonteses por medio del señor García Adanero han dicho que «con la excusa del principio de la voluntariedad, lo que se pretende es la imposición del euskera, y con la imposición del euskera, la persecución del castellano». Y dado que no se trata de ningún profesional de la adivinación es de suponer que salvando las distancias habrá pensado como aquel ladrón: -que todos son de su condición- y que se quiere hacer lo mismo que ellos vienen haciendo con el euskara desde el Gobierno (…).
Con esa oposición radical a la equiparación del máximo y diferenciador signo cultural de Navarra con el castellano, aun en la situación minorizada en que se encuentra y que ha sido acreditada por la UE y por la Unesco, a mí me parece que resulta muy difícil mantener a la vez la convicción democrática y el respeto que todos alardean a los DDHHCCPP, pero mucho más seguir ostentando el nombre y los signos de Navarra por esos partidos y es necesario que los ciudadanos se acuerden de ello a la hora de votar. Es cierto que la política la han convertido algunos en el arte de la simulación, pero aparentar algo para hacer lo contrario es falsear, y eso debiera estar penado por las leyes, si es que no lo está.
Patxi Ventura
¿que significa DDHHCCPP?
El carlismo: una lucha por el federalismo y los fueros, que todos deseamos apoyar se da en nuestro país: Cataluña, en dónde las leyes se cumplen con disciplina y los que luchan por una estructura social conforme al gamberrismo y los atentados a la corona, no dejan de ser una minoría, con poca o ninguna repercusión.
Disponemos de todo el tiempo del mundo para acercarnos a un futuro en el que probablemente los mismos sindicalistas solidarios y unidos que articularan el proceso democrático de la transición, ante la atenta mirada de nuestros antepasados, vuelvan a impeler la confrontación delante de las injusticias y el deterioro de nuestra amada patria.
Desde la acción popular del pueblo de Sant Miquel de Fluvià.