[Opinión] Educación pública inclusiva

Artículo de Javier Arellano

Muchas cuestiones de debate podrían ser abordadas para esta aportación ya que, como sabemos, la brecha social provocada por políticas neoliberales y agravadas por la crisis económica, las reivindicaciones por unas pensiones más equitativas y de revalorización más equilibrada y justa, la lucha feminista y de género ante una sociedad aun mayoritariamente  machista y patriarcal , la reclamación legítima por el derecho humano a una vivienda digna ó a una sanidad pública sin recortes presupuestarios , el rescate escandaloso por el Gobierno tanto  a la banca como a las autopistas de gestión privadas,  o   la vertebración verdaderamente federal de las Españas ante las reclamaciones nacionales  de Catalunya ó Euskadi y el resto de las nacionalidades históricas, olas decisiones vergonzantes del Juez Llarena del Tribunal Supremo de encarcelar preventivamente a políticos y activistas de movimientos sociales  por cuestiones que más tienen que ver con las creencias ideológicas y de libertad de expresión que con la sanción punitiva de conductas en un sistema democrático de calidad  y que,  a mi entender,  se ajustan a  una  resolución de tipo estrictamente político  y que ni  el partido del PP en el poder ni el Tribunal Constitucional desde el año 2.010  han sabido gestionar de forma oportuna y adecuada …….. pues  bien éstas y otras  son algunas, de entre otras, materia de debate y análisis que merecen  atención por parte de ciudadanos  responsables y comprometidos con su país y sus gentes y que,  sin duda , en otras aportaciones ya tendremos ocasión de reflexionar y abordar.

Sin embargo en este artículo me voy a centrar en un asunto no menor que atañe a la educación como derecho universal  de todas las personas cualquiera que sea su capacidad intelectual ; es cierto que la solución que se ofrece a determinado tipos de alumnos con dificultades de adaptación curricular, tanto por la normativa estatal como por las diferentes  autonómicas , es la de segregarlos puntualmente de su aula habitual y trasladarlos a las llamadas aulas de apoyo:  ¿ Pero es ésta la mejor solución para el óptimo desarrollo de la personalidad de la alumna ó del alumno ¿ ; ¿ hasta qué punto , aun con indudable y presupuesta  buena fe de las autoridades y administraciones públicas educativas, sin embargo no se está cumpliendo  con las declaraciones internacionales suscritas por España  acerca del  derecho universal a una  educación pública y de calidad de todas las personas respetando su integridad individual y  su desarrollo personal y creativo; ¿no estaremos cayendo, a nivel institucional y de los poderes públicos,  encargados por mandato constitucional de preservar y remover los obstáculos para la efectiva  integración de las personas  dentro de  los grupos sociales, en el efecto justamente contrario  contaminando con ello todo el sistema formativo y educativo en la escuela ?

Estas y otras preguntas más me asaltan al descubrir, tanto en mi entorno familiar como en el de algunos compañeros del activismo social con los que tengo la fortuna de compartir y de hablar también de estos temas , que la base formativa del ser humano  en nuestras aulas es manifiestamente mejorable en muchos casos por falta de recursos materiales y  económicos suficientes, y también por falta de auténtico compromiso de voluntad política y atrevimiento por parte de nuestras autoridades administrativas en el ámbito educativo para poner en práctica buena suerte de investigaciones pedagógicas contrastadas , así como de las más serias  aportaciones profesionales de educadores sociales, expertos en psicología clínica infantil  o  en educación especial :  creemos que no se es especialmente consciente por parte de los poderes públicos que, sin una educación pública auténticamente inclusiva , corremos el riesgo de cegar una fuente de riqueza humana y de creatividad esencial para nuestra sociedad.

Adelanto que las reflexiones que voy a esbozar no son las de un experto en teoría y práctica pedagógica , que no lo soy , aunque sí sea un padre de familia y docente universitario  que, con perspectiva en el tiempo, observa  con preocupación el deterioro  educativo y de valores en una sociedad en la que prima una noción limitada y estrecha de los criterios para identificar la inmediatez del éxito pudiendo, siendo esto así,  intervenir  como una barrera contraproducente respecto al desarrollo de sistemas educativos más inclusivos, primando de esta manera una verdadera igualdad de oportunidades para la consecución de una educación de calidad para todos sin exclusiones  también, por supuesto, para aquellos que son ó se sienten diferentes . Desde luego la  comprobación de la realidad , al menos en nuestro país,  no va precisamente en esa línea aun por muchas declaraciones políticas complacientes ó autojustificativas  en sentido contrario.

“ La educación inclusiva puede ser concebida como un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los educandos a través de una mayor participación en el aprendizaje, las actividades culturales y comunitarias y reducir la exclusión dentro y fuera del sistema educativo. Lo anterior implica cambios y modificaciones de contenidos, enfoques, estructuras y estrategias basados en una visión común que abarca a todos los niños en edad escolar y la convicción de que es responsabilidad del sistema educativo regular educar a todos los niños y niñas.

El objetivo de la inclusión es brindar respuestas apropiadas al amplio espectro de necesidades de aprendizaje tanto en entornos formales como no formales de la educación. La educación inclusiva, más que un tema marginal que trata sobre cómo integrar a ciertos estudiantes a la enseñanza convencional, representa una perspectiva que debe servir para analizar cómo transformar los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje, con el fin de responder a la diversidad de los estudiantes. El propósito de la educación inclusiva es permitir que los maestros y estudiantes se sientan cómodos ante la diversidad y la perciban no como un problema, sino como un desafío y una oportunidad para enriquecer las formas de enseñar y aprender»  (UNESCO, 2005 ).

El concepto de integración se basa en integrar dentro de una sociedad a personas que en algún momento habían sido excluidas de ella a causa de sus diferencias ; la inclusión por su parte, según criterio de especialistas en la materia, defiende todo lo contrario puesto que  significa abrir las puertas de los centros para que todos tengan las mismas oportunidades, esto es,  crear escuelas en las que no se juzgan a los alumnos por sus diferencias sino que éstas sean motivo de aprendizaje ; incluir a todos los alumnos dentro de las aulas ordinarias es posible, siempre que existan educadores que realicen el esfuerzo de acogerlos e integrarlos. Para ello es de vital importancia que los adultos y todos los pertenecientes a la comunidad educativa no opten por la vía fácil de la exclusión, sino que busquen soluciones para llegar a conseguir una inclusión total: “La reforma de la enseñanza debe responder a un imperativo moral y ético de eliminar la segregación de los alumnos con deficiencias, ya que la inclusión es una forma de vida opuesta a la segregación y no es una cuestión de ciencia o investigación, sino de valores” (Mansel y Semmel, 1997), citado por C.Herrera de Toro ( 2.016 ).

Por consiguiente, la atención inclusiva a las necesidades educativas especiales se sitúa dentro del ámbito de preservar la diversidad de todo el alumnado como riqueza humana y social a compartir por la comunidad escolar, asegurando con ello  la igualdad de los educandos  y  sin que, en cualquier caso, este modelo educativo  reproduzca , por lo tanto, las desigualdades aún endémicas existentes en nuestro vigente sistema social.

Y ya, para acabar este artículo,  veamos cómo puede implementarse en la práctica cotidiana de las Españas de hoy en día este sistema de educación pública inclusiva para todas y todos los educandos ( Echeita Sarrionandía y Ainscow, 2.011 )  :

A ) Se trata de aprender a vivir con la diferencia y a la vez de estudiar cómo podemos sacar partido a la diferencia.

B ) La inclusión busca la presencia, la participación y el éxito de todos los estudiantes en el sistema educativo

C) La inclusión precisa la identificación y la eliminación de barreras. El concepto de barreras es sustancial a la perspectiva que estamos queriendo compartir,  en tanto que son precisamente éstas las que impiden el ejercicio efectivo de los derechos : en este caso el derecho a una educación inclusiva que se oriente a estimular la creatividad de los estudiantes

La inclusión , y es el mensaje que en conclusión quisiera transmitir, pone particular énfasis en aquellos grupos de alumnas y alumnos  que podrían estar en riesgo de marginalización, exclusión, o fracaso escolar. Esto supone asumir la responsabilidad ética y legal, tanto de familias, profesoras, profesores, gestores educativos, como de suyo,  administraciones públicas competentes de asegurarse de que aquellos grupos que, a nivel de estadísticas, se encuentren bajo mayor riesgo o en condiciones de mayor vulnerabilidad, sean supervisados con la atención obligada en su propio interés y también en el de toda la sociedad a la que pertenecen.