[Opinión] En respuesta a Pedro Trapiello, por Delia Tejedor

Sr. Director.
Diario de León Con fecha 13 de Diciembre el Diario que Vd. dirige ha publicado un artículo firmado por Pedro Trapiello bajo el título Pordióssss.

No soy partidaria del dicho “que hablen aunque sea mal”, y por ello me veo en la obligación de rectificar al autor, mas que nada por aquello de enseñar al que no sabe.

El Carlismo que Vd. reduce a una boina y a un clericalismo rancio, fue y sigue siendo mucho más, el problema es que el desconocimiento de la historia real, no la de los vencedores, ha malformado a los “historiadores” de turno. La raíz carlista esta en la defensa del comunal, de los fueros, en la defensa del pueblo ante el ataque de un liberalismo aplastante que intentaba hacer cuenta rasa con los libertades y tradiciones de los pueblos, y atendiendo a su artículo, de boinas y barratinas libres símbolo de gentes orgullosas de su tradición.

Esa lucha se ha mantenido en el transcurso de mas de un siglo, y ahora cuando la crisis a la que no deberíamos haber llegado , nos estalla en la cara, se le hace precursor , se le convierte en abuelo de la crispación. No; admitiremos la rememoranza si sirve para recordar que fueron los carlistas los precursores de la lucha por la libertad, esos mismos carlistas que en su día y acorde con los tiempos clamaban por Dios, la Patria y el Rey, y que desde hace tiempo, aunque Vd. lo desconozca, tienen por lema la Confederación, Socialismo y Autogestión, que si Vd. se hubiese molestado en buscar información antes de escribir su artículo, ya habría descubierto y analizado, no es un cambio, es una adaptación al siglo XX, con la que el mismo pueblo carlista se autodefinió.

Permítame una aclaración más. La boina y la barratina, nunca han caído de lado como símbolo de derrota, su simbolismo va mucho mas allá, se mantienen sin caer porque pese a su lateralidad van en cabezas erguidas, orgullosas y valientes, son cosas que quizás Vd. no entiende y bien que lo siento, mas que nada porque dicen mucho de quien así escribe.

Delia Tejedor Gomez.