[Opinión] Cultura en Navarra: entre progreso e integrismo
Artículo de José María Muruzabal publicado en www.noticiasdenavarra.com 28/03/2017
Nuevamente leo en DIARIO DE NOTICIAS un artículo de diversos miembros del denominado Ateneo Basilio Lacort arremetiendo, en este caso, contra el carlismo y el Museo Carlista; el artículo en cuestión se titula Más que torpezas metodológicas. He tenido ocasión de leer, y contestar, otros textos anteriores de estas mismas personas relativos al Monumento a los Caídos y no salgo de mi asombro, el artículo es siempre el mismo. Sea el Monumento a los Caídos o sea el Museo Carlista el argumento es el mismo, hay que derribar, destruir, eliminar o dinamitar. En este último artículo el carlismo fue “el golpe, los crímenes, la alevosa confabulación, el asesinar, la participación criminal, los carlistas se convirtieron en asesinos, el papel de verdugos, ideología española-monárquica nefasta para la salud pública…”. Y, respecto del Museo Carlista, más de lo mismo “un museo con las chatarras y los vestigios de una ideología infausta para la sociedad, es parte detrítica y criminal de la historia…”. Como decimos, los mismos argumentos de odio visceral, de radicalismo trasnochado y de permanecer anclados en 1936 que plantean para posicionarse en derribar el Monumento a los Caídos.
Lamentablemente, estamos observando dos posturas enfrentadas entre los que trabajamos por la cultura de nuestra Navarra. Es cierto que con ello presupongo que los miembros del denominado Ateneo Basilio Lacort trabajan por la cultura, cosa que igual es mucho presuponer; pero al menos quiero, de momento, creérmelo. Existe una clara postura progresista, moderna, de buscar soluciones y consensos, de debatir, de avanzar. Los que nos alineamos dentro de la misma, personas que desean el progreso de Navarra, queremos avanzar, mirar hacia adelante, construir en sentido positivo.
Lo estamos demostrando con los planteamientos de reforma y reconversión para el Monumento a los Caídos. Y lo mismo podemos decir para el Museo del Carlismo de Estella. Esta infraestructura de cultura es buena para Navarra, buena para Estella, buena para el turismo y buena para el recuerdo de unas páginas muy importantes de la historia de Navarra. Y eso es cultura. Si es necesario revisar algo, revísese; si es necesario ampliar información, lléguese a consensos y amplíese; si es necesario reparar algo, vamos a estudiarlo y repárese. Esto es progreso, esto es modernidad, esto es avanzar.
Frente a esta postura, otros como ustedes se están enrocando en el odio visceral, en no avanzar, en empezar y acabar siempre en el mismo argumento. Y eso, en mi opinión, no es en absoluto progreso, sino algo radicalmente opuesto, es ultraconservador, es integrismo. Creo sinceramente que permanecen ustedes anclados en unas posturas muy antiguas, antiprogresistas y desfasadas. Y lo digo con auténtica pena porque estamos en pleno siglo XXI, en una sociedad muy diferente de la que ustedes tienen por referencia y que, entiendo, quiere el progreso.
Lo dije bien claro en el artículo del 22 de febrero: “El asesinato de unos miles de navarros en las cunetas y en los campos de Navarra, a manos de quien debiera haber velado por la justicia, fue una profunda injusticia y barbarie, al igual que fue una profunda injusticia y barbarie asesinar cruelmente a cientos de monjas, frailes y otros destacados miembros de la sociedad navarra, a manos de los afines al gobierno de la República”. Reconocer eso y repararlo es de justicia y progresista; quedarse anclado por ello en el odio y en el resentimiento es antiprogresista.
En el artículo citado repiten hasta diez veces, de manera machacona y obsesiva “en el 36, en el 36, en el 36”. Señores del denominado Ateneo Basilio Lacort, ¡avancen por favor, que hace 80 años de esos luctuosos acontecimientos! En mi opinión, está fenomenal, y han llegado tarde, las reparaciones, el reconocimiento de todas las víctimas y las puntualizaciones de aquellos fatídicos días, pero lo suyo se está convirtiendo en obsesión enfermiza. Es posible hacer mucho más que quedarse en su derribar, destruir, eliminar o dinamitar. Yo, desde luego, apuesto por levantar, construir, sumar, modernizar. Y estoy plenamente convencido de que el futuro de nuestra sociedad navarra camina en esta línea. Y, perdónenme, pero yo no veo en sus ideas ningún tipo de “reparación de las víctimas ni reivindicación de la Memoria histórica”. Se lo repito, solo veo odio, resentimiento y venganza. Y yo, que quiero el progreso de nuestra Navarra, de todo eso paso.
El autor es profesor y doctor en Historia del Arte.