[Opinión] Falsea, que algo queda

Artículo de Jesús María Aragón Samanes

El 17-I-2019, Pedro José Chacón Delgado utilizaba su ingenio para escribir un artículo “yo me lo guiso, yo me lo como”, en elespañol.com, inventándose un imposible paralelismo entre la actuación de Carles Puigdemont en el actual siglo XXI y la del Rey Don Carlos VII en el siglo XIX, así como la del Rey Don Jaime III en el siglo XX, en el exilio.

No dice nada de que la minoría liberal, en la 1ª Guerra civil, de 1833 a 1840, llamó a ejércitos extranjeros (Inglaterra, Francia, y Portugal) para imponerse a sangre y fuego, y mediante sobornos económicos, a la abrumadora mayoría social y popular del momento.

El papel lo aguanta todo, se suele decir; no así la coherencia, el sentido común, ni la honradez intelectual.

Reconoce que el Carlismo ni fue un protonacionalismo, ni favoreció los nacionalismos, pero titula su escrito así: “El pretendiente Puigdemont y el nacionalismo carlista”.

Dice también que los nacionalismos en España se nutren de dos ideologías, ninguna liberal: el tradicionalismo, y el izquierdismo, pero “La Pepa” es una prueba de lo contrario. No es el Carlismo precisamente el que hace referencia, ni se inventa, pasados más o menos míticos, más o menos históricos o ahistóricos, ni gloriosos…, de ningún grupo humano.

Dice que los Fueros son algo secundario y accesorio en los propósitos del Carlismo, pero ya en 1833, tanto en la “Proclama a los alaveses”, como en la “Proclama a los guipuzcoanos”, se recoge esa reivindicación, hasta tal punto que el liberal Espartero, en 1835, en Hernani, se refería a dicha reivindicación. ¿Cómo casa la afirmación del Sr. Chacón con el hecho de que el fin de la Primera Guerra se produjese bajo la proclama “Paz y Fueros”?.

También habla del “efecto devastador” de las guerras civiles del siglo XIX, “carlistas” las denomina, achacándoselo al Carlismo, claro está, cuando la desigualdad en medios económicos y militares era manifiestamente desfavorable para el Carlismo. Tal vez por eso, “para competir con las demás potencias de su entorno”, los liberales se dedicaron al comercio de esclavos y a apropiarse de los comunales tanto municipales como eclesiásticos.

En fin, una nueva falsedad liberal más, una vuelta de tuerca más en su estrategia de manipulación y desinformación para mantener a la mayoría social en la ignorancia y dificultar, así, su participación en los asuntos públicos de su incumbencia; un golpe más contra la cultura política de las personas, de los ciudadanos/as.

Da qué pensar que considere “un dato a computar en la valoración global de la dictadura franquista” el hecho de que el dictador militar Franco optase por “la línea isabelina, precisamente la defensora del régimen liberal en España”, frente a “la opción carlista que había sacrificado miles de efectivos en primera línea de combate”.

Pamplona /Iruñea 18 de enero de 2019