[Opinión] Del sálvese quien pueda a la defensa del comunal

Artículo de Manuel Fernández de Sevilla*.

Desde el año 2008 asediada por la crisis, la sociedad española ha caído en el embrujo de la estafa impulsada por la privatización capitalista.

Desconfiada hoy se presenta nuestra sociedad ante un panorama electoral que la desorienta cuando se percibe víctima de la desprotección de la globalización capitalista.

La crítica a la globalización tiene diversos trasfondos que aprovecha la derecha para abanderar la xenofobia y la exclusión poniendo la bandera de España como emblema de la patria única universal e indivisible, proyectandola como una entidad soberana víctima de la globalización, de la izquierda y los separatismos.

Lo que no dice la derecha, lo que no nos quiere contar es su falso proyecto patriótico tras esa gran bandera de España que enarbola, por la que tanto brinda y se jacta.
Ese proyecto derechista basado en la entrega de la soberanía del país a los fondos buitres, en la entrega de la soberanía de nuestro país a los acreedores del Estado, el fruto del trabajo de nuestro país entregado como pago de la Deuda Nacional a los buitres de las finanzas, no puede ser ni mucho menos un programa digno basado en la suprema defensa de los derechos de las personas que somos quienes formanos y construimos día a día nuestro país.

La derecha además de deformar y alterar la realidad política difamando y mintiendo se ha hecho portadora de los valores tradicionales existentes en las conciencias de los ciudadanos de las Españas. Primero les ha hecho ver que no hay ni existe otro camino para el desarrollo y funcionamiento que el sistema de explotación capitalista, afirmando que estas son las únicas reglas de juego existentes y que por tanto no hay victoria alternativa posible. Hemos asumido la realidad del «sálvese quien pueda» pasando a ser los corderos de un matadero, aceptando la sumisión a las injusticias que crea el sistema, hemos aceptado el egoísmo como premisa de comportamiento y actitud ante la vida, lo que ha posibilitado el auge de la derecha política que impone finalmente la privatización de los recursos, la privatización del comunal.

Nosotros los carlistas no nos resignamos a dicho sistema ni a su faceta egoísta neoliberal. Somos militantes comprometidos con la defensa a ultranza del comunal público y desafiamos a todos aquellos que han inoculado en las mentes de nuestros compatriotas el falso patriotismo que les lleva a defender «el sálvese quien pueda» con todas esas medidas liberalizadoras y privatizadoras de lo público que tratan de vulnerar y quebrar el sistema público de pensiones, la Sanidad pública, la educación pública, porque hace muchos años comenzaron un proceso de privatización de los sectores estratégicos de la economía.

Era impensable hace años la privatización de la energía y las telecomunicaciones así como el servicio de correos y telegrafos. Hoy es una triste y lamentable realidad que conocen los trabajadores de estos sectores de la economía al tener unos salarios que rondan la mitad de lo que cobraron los antiguos trabajadores cuando esas empresas eran públicas.

La inestabilidad laboral y salarial se ha convertido en una terrible realidad que no está siendo canalizada para defender la construcción de la defensa del comunal público sino para exacerbar los egoísmos y formular chivos expiatorios contra los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad que sufren la desigualdad. Así es como la derecha engaña y altera la realidad social para manipular a un electorado miedoso, ruin, débil y enfermo. Un electorado que ha convertido la democracia en un mercadillo, que sólo asume medidas cortoplacistas, jamás planteará soluciones reales a problemas de alto calado político a importantes retos tecnológicos y de transición ecológica de nuestro modelo productivo cuando observamos como las fuerzas de la oligarquía capitalista siguen instrumentalizando el poder jugando con lo que llaman democracia imponiendo el impuesto al sol, impidiendo el desarrollo tecnológico de las renovables.

Dicha oligarquía ha sabido confundir una vez más al electorado, secuestrando de nuevo la democracia enarbolando la falsa bandera de un falso patriotismo señalando al separatismo y a la izquierda como los males de España.

Un país cuyo electorado aspira a aniquilar los derechos laborales de colectivos tan asentados y bien remunerados como los estibadores para liberalizar el sector con el fin de que cobren la misma miseria salarial que la que cobra la generalidad del país, nos pone sobre aviso de la ruindad y bajeza de ese electorado liberal que aspira al enrase social por abajo, con bajos salarios y precariedad laboral para todos excepto para los grandes potentados a quienes apoya en sus condiciones liberalizadoras y privatizadoras al objeto de crear «aquellas condiciones óptimas de explotación laboral» por la cual los agentes privados crearán empleos basura que la derecha liberal venderá como triunfo electoral. Ya se ha apuntado a estas miserias buena parte del pueblo que aspira de acuerdo a las doctrinas liberales a alcanzar su libertad financiera pero que no comprende alcanzar la importancia de la libertad económica del comunal frente al egoísmo privatizador que impone el sálvese quien pueda.

Que en estas elecciones nos jugamos demasiado y los carlistas tenemos mucho que decir aunque no veamos nuestra papeleta con la Cruz de Borgoña bajo la reseña de Partido Carlista, sabemos la importancia que requiere la defensa del comunal público frente al egoísmo privatizador derechista. No podemos consentir la privatización de los recursos comunales en una nueva desamortización capitalista que desprotege a todos los ciudadanos. Que tenemos que blindar el comunal público rubricado en nuestros Fueros dejando plasmados los derechos sociales en la legalidad vigente para que se hagan valer. Blindar no sólo las pensiones públicas sino todos los derechos sociales: Sanidad, Educación, Vivienda, Trabajo, Hogar, Pensiones se impone en nuestra decisión de optar por aquellas opciones políticas que decidan valientemente defender el comunal público y los Fueros que lo protejan desde un marco Federal que rubrique el sistema económico socialista. Lo más parecido a ello, es lo que tenemos que apoyar y votar.

*Economista