10 de diciembre de 1948

Día Internacional de los Derechos Humanos, tu voz cuenta

Activistas de derechos humanos, por josu oskoz y andrés krakenberger – Lunes, 10 de Diciembre de 2012 – Actualizado a las 05:10h

eSTE año, y bajo el título Mi voz cuenta, el Día Internacional de los Derechos Humanos está dedicado al derecho de las personas a participar en los procesos de dirección de los asuntos públicos, participación entendida no solo como un medio útil para otros fines sino también como un derecho humano que debe ser disfrutado por sí mismo.

Existen diferentes disposiciones sobre la participación en los instrumentos internacionales de derechos humanos. Así, por ejemplo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, recogiendo los preceptos contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, consagra el derecho a la participación política y describe los derechos a votar y ser elegidos, así como los derechos a participar en la dirección de los asuntos públicos y a tener acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas.

En el mismo sentido, la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer establece que los Estados tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país y, en particular, garantizarán a las mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de estas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales.No obstante, y siguiendo indicaciones del Comité de Derechos Humanos de la ONU, queremos llamar la atención sobre el hecho de que la dirección de los asuntos públicos es un concepto amplio que se refiere no solo al ejercicio del poder político sino que abarca todos los aspectos de la Administración Pública y la formulación y aplicación de las políticas.

No basta, por tanto, con que exista una democracia electoral asentada, se precisan igualmente mecanismos concretos que permitan a la ciudadanía participar de manera útil y efectiva en los procesos de toma de decisiones y en la formulación de las políticas públicas. Además, los principios de transparencia y rendición de cuentas, aspectos centrales de los derechos humanos, establecen que durante tales procesos debe existir información clara y asequible para poder evaluar los mismos bajo los principios de la perspectiva de derechos humanos.

Se precisan mecanismos que permitan a la ciudadanía participar en los procesos de toma de decisiones                                                                Los derechos humanos representan también una oportunidad inigualable para la transformación social

Estos principios, bien entendidos y aplicados, acarrean pautas concretas de comportamiento para los poderes públicos. Veamos un ejemplo. A nadie se le escapa que en el contexto de la actual crisis económica y ajustes presupuestarios imperantes la limitación de recursos impone la elección de unas políticas determinadas, tales como la reducción del gasto público o el establecimiento de impuestos regresivos que pueden representar una carga añadida desigual para las personas. Ante tal situación, cabe preguntarse cómo se deben asignar prioridades de forma compatible con las obligaciones nacionales e internacionales de los gobiernos en materia de derechos humanos.

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos no ofrece una orientación precisa sobre la forma en que los Estados deben asignar las prioridades conforme a sus obligaciones en materia de derechos humanos. Sin embargo, los Estados deben diseñar y aplicar todas las políticas conforme a sus obligaciones contraídas sobre la base de estos derechos.

Si de verdad se pretende asegurar la participación, la rendición de cuentas y la transparencia, al formular las políticas en respuesta a la crisis, se debería establecer la participación libre y significativa de la sociedad, en particular de las personas y grupos más vulnerables o que directamente se ven afectadas por las mismas, de forma que dicha vulnerabilidad sea tenida en cuenta a la hora de establecer prioridades en la gestión de los recursos públicos.

En definitiva, los derechos humanos exigen que la aplicación de políticas se acompañe de procesos transparentes y participativos, y de un examen exhaustivo de las alternativas existentes y fortaleciendo la capacidad de la ciudadanía a la hora de ejercer sus derechos. Hablamos de procesos participativos en los que, a diferencia de lo que actualmente conocemos, se tenga en cuenta también a las personas y grupos más desfavorecidos, atendiendo no solo los intereses de poderosos grupos de presión.

Estos principios, por tanto, van mucho más allá de nuestra actual democracia electoral e implican un profundo cambio en la formulación, aplicación, vigilancia y evaluación de la gestión de los asuntos públicos. Una apuesta decidida de nuestros gobernantes por profundizar en los mismos hablaría, mucho y bien, sobre la calidad de nuestra democracia.

Esto es demasiado importante para dejarlo en manos de nuestros gobernantes. Nosotras y nosotros también podemos apostar de forma decidida por un nuevo modelo. Los derechos humanos, además de ser una obligación principalmente para los Estados, representan también una oportunidad inigualable para la transformación social. Como ciudadanas y ciudadanos podemos participar en la dirección de los asuntos públicos ejerciendo influencia mediante el debate y el diálogo públicos, y gracias a nuestra capacidad para organizarnos y movilizarnos. A esta participación, que se respalda garantizando la libertad de expresión, reunión y asociación, queremos también apelar con el presente artículo animando a todas las y los ciudadanos a participar, a hacerse oír. Tu voz cuenta.